Expertos han dado a conocer que en los próximos días, la tierra alcanzará su posición más alejada del sol, conocida como "afelio", rozando una distancia máxima de aproximadamente 152 millones de kilómetros de nuestra estrella central en el Sistema Solar.
Este evento, que ocurre cada año, genera curiosidad y plantea varias interrogantes. En este artículo, exploraremos las causas y las consecuencias de este fenómeno astronómico.
La Tierra realiza una trayectoria elíptica alrededor del Sol, un concepto propuesto por el astrónomo alemán Kepler en tiempos de Galileo Galilei.
Esta forma elíptica de la órbita terrestre tiene una consecuencia evidente, donde hay momentos en los que nuestro planeta se encuentra más alejado del Sol y otros en los que está más cerca.
El punto más cercano se llama "perihelio" y se alcanza a principios de enero, cuando la Tierra se encuentra a una distancia mínima de aproximadamente 147 millones de kilómetros del Sol.
En contraste, el punto de mayor distancia se denomina "afelio", un término introducido por Kepler, quien combinó las palabras griegas "apo" (que significa "lejos de") y "helios" (que significa "Sol"). Este momento se produce a principios de julio, cuando la Tierra se encuentra a unos 152 millones de kilómetros de distancia de nuestra estrella.
Puede parecer extraño que, a pesar de alcanzar el afelio a principios de julio, estemos experimentando pleno verano en el hemisferio norte. En cambio, en el hemisferio sur, es invierno en este momento, lo que respalda aún más la idea de que la distancia al Sol no influye en las estaciones del año.
De acuerdo con el Servicio Meteorológico de Almendricos de España, la sucesión de las estaciones no está vinculada a la distancia entre la tierra y el sol, ya que la diferencia entre 147 y 152 millones de kilómetros es insignificante y no afecta de manera apreciable el calentamiento del planeta.
En cambio, las estaciones están determinadas por la inclinación de nuestro planeta con respecto a los rayos solares.
La tierra completa su órbita elíptica alrededor del sol con un ángulo de inclinación de aproximadamente 23 grados con respecto a la perpendicular al plano de la órbita. Esta inclinación particular hace que los rayos solares lleguen a diferentes regiones del planeta de manera distinta a lo largo del año.
Durante el verano en el hemisferio norte, los rayos solares llegan con menos inclinación y durante más tiempo, mientras que en el hemisferio sur ocurre lo contrario. Estos cambios en la inclinación solar determinan la sucesión de las estaciones y dan lugar a eventos astronómicos importantes, como los solsticios y equinoccios.
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