"Los dos Papas" es una película de 2019 dirigida por Fernando Meirelles y escrita por Anthony McCarten. Es una producción de Netflix, y está basada en hechos reales, aunque toma ciertas licencias creativas para dramatizar eventos históricos.
La película ha cobrado un nuevo significado en el contexto de la muerte del Papa Francisco, ya que retrata un momento crucial en la historia reciente del Vaticano: la transición entre el Papa Benedicto XVI y el entonces Cardenal Jorge Mario Bergoglio, futuro Papa Francisco.
La historia se centra en los días previos y posteriores a la renuncia del Papa Benedicto XVI en 2013, algo que no ocurría desde el siglo XIII. La película explora la relación entre Benedicto XVI interpretado por Anthony Hopkins y el Cardenal Bergoglio interpretado por Jonathan Pryce durante una serie de encuentros ficticios en el Vaticano y en Castel Gandolfo.
La trama se construye sobre las profundas diferencias ideológicas entre ambos:
Benedicto representa el ala conservadora de la Iglesia. Bergoglio encarna una visión más progresista y pastoral.
A lo largo del film, ambos personajes discuten sobre fe, errores del pasado, el papel de la Iglesia y el futuro del catolicismo
La historia humaniza a Jorge Mario Bergoglio: muestra sus dudas, su pasado como jesuita durante la dictadura argentina, y su deseo de retirarse.
En este contexto, la película se convierte en una especie de "origen cinematográfico" del Papa Francisco.
Contrapone visiones del catolicismo, explora con profundidad el choque entre tradición y renovación, tema central del papado de Francisco.
Da claves sobre cómo y por qué Francisco optó por un enfoque más pastoral y cercano a los pobres.
Aunque fue realizada antes de que su pontificado avanzara más, plantea muchas de las tensiones que caracterizarían su mandato: la apertura a los marginados, la crítica al clericalismo y la reforma de la curia.
En un momento en que la figura de Francisco se convierte en legado histórico, la película invita a reflexionar sobre el papel del Papa en el siglo XXI.
Aunque muchos de los diálogos fueron dramatizados, algunas frases de la película están tomadas de entrevistas y declaraciones reales de ambos Papas. El parecido físico de Jonathan Pryce con el verdadero Papa Francisco sorprendió a muchos, incluso en Argentina.
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