Cada 13 de septiembre, los mexicanos conmemoramos la defensa del Castillo de Chapultepec durante la invasión estadounidense que se dio en el año 1847. Momento en que millones de mexicanos recuerdan a los Niños Héroes, quienes eran cadetes del Colegio Militar que, en un acto de valentía y amor por la patria, dieron la vida por defender a México. Sin embargo, ¿Qué sucede cuando un héroe queda olvidado por la historia? Este es el caso de Hilario Pérez de León, un nombre que, aunque no figura en los monumentos ni en los libros escolares, merece ser recordado con el mismo honor que sus compañeros.
Hilario, un joven nacido en la Ciudad de México, dejó su huella en la historia durante la batalla de Chapultepec. Como estudiante del Heroico Colegio Militar, nunca abandonó su puesto durante el asedio, y aunque resultó gravemente herido, incluso perdiendo un brazo en la lucha, su valentía quedó en las sombras por años.
Antes de que el conflicto con Estados Unidos estallara, Hilario trabajaba como escribiente en el Archivo de la Nación, pero cuando el asalto al Castillo de Chapultepec se hizo inminente, no dudó en unirse a la defensa.
Combatió con coraje hombro a hombro junto a otros cadetes, resistiendo hasta que sus heridas lo dejaron inconsciente. Aunque tardó años en ser reconocido como defensor, la historia de Hilario nos recuerda que el verdadero heroísmo no siempre recibe el reconocimiento inmediato, pero su sacrificio no fue menor.
La importancia de esta fecha, más allá del acto de resistencia militar, radica en los valores que representa para todos los mexicanos: el amor a la patria, la valentía, el sacrificio por un bien mayor. Todo esto en un país donde las festividades y conmemoraciones son parte de la identidad cultural.
El 13 de septiembre de 1847, además de Hilario, seis valientes jóvenes cadetes del Heroico Colegio Militar quedaron inmortalizados como los Niños Héroes. Ellos son recordados por haber peleado hasta su último aliento, con valentía y sin rendirse ante la superioridad del ejército invasor. Ellos eran:
Estos jóvenes, que apenas eran adolescentes, pelearon con la esperanza de que su sacrificio sirviera para proteger a un México amenazado por la invasión extranjera. Hilario Pérez de León, aunque no siempre mencionado junto a ellos, compartió su mismo valor y compromiso.
En la vida diaria de México, estas figuras no solo representan un episodio del pasado, sino que también encarnan los ideales que se continúan celebrando durante las fiestas patrias: la unión, el valor y el orgullo de ser mexicanos. Ejemplo de esto es el grito que resuena las noches del 15 de septiembre.
Si bien el 13 de septiembre no es un día feriado oficial, la conmemoración de los Niños Héroes, es una fecha que invita a recordar que la historia de nuestra nación está construida sobre los hombros de jóvenes, que con su gran sacrificio, permitieron que hoy podamos celebrar nuestras fiestas patrias con alegría y orgullo.
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