De esta forma científicos buscan entablar comunicación con los extraterrestres

Investigadores del SETI, organización próxima a la NASA, entablan por primera vez una conversación con otra especie en su propio “idioma”, un cetáceo. 

En un esfuerzo conjunto con la Universidad de California Davis y la Fundación de Ballenas de Alaska, el equipo de investigadores del SETI (entidad sin fines de lucro dedicada a explorar la posibilidad de vida en el universo) compartió a través de la revista Peer J. los sorprendentes resultados del experimento llevado acabo en el sureste de Alaska durante el verano del 2021.

A bordo del navío “Glacier Seal” (foca glaciar), los científicos grabaron los llamados de un grupo de ballenas jorobadas y a través de una bocina submarina, los reprodujeron al día siguiente en el paso de agua conocido como Frederick Sound. La interlocutora fue una ballena hembra de 38 años llamada Twain, que al escuchar los saludos pregrabados respondió con señales en un intervalo de sonido similar en un diálogo que duró 20 minutos.

La interacción se dividió en tres fases caracterizadas por la latencia del sonido, la agitación de su respiración y sus ascensos hacia la superficie marítima. Al igual que cualquier conversación, en la primera etapa, de captación, Twain participó activamente de los intercambios sonoros que fueron disminuyendo durante la fase de agitación hasta la total pérdida de interés durante la desconexión que siguió con la partida del cetáceo. 

Del Mar a las Estrellas

“Las ballenas son seres de gran inteligencia con sistemas sociales muy complejos”, afirmó el Dr. Fred Sharpe, fundador de la Fundación de Ballenas de Alaska. A través del reconocimiento de sistemas de señales sonoros sofisticados ajenos a lo humano, los investigadores del SETI esperan ampliar el rango de captación y comprensión de posibles señales extraterrestres.

Dadas las limitaciones tecnológicas, la comunicación con extraterrestre se funda en la idea de unos interlocutores interesados en establecer contacto con receptores humanos, afirmó el investigador del SETI y coautor del artículo Laurence Doyle al reafirmar su hipótesis mediante los resultados de la conversación con la ballena jorobada.

En experimentos posteriores, esperan mejorar la metodología y el equipo empleado con el fin de obtener resultados más amplios que brinden un mejor entendimiento de los complejos sistemas de comunicación de los cetáceos y, en suma, dar otro paso hacia la compresión de otras formas de vidas inteligentes dentro y fuera de nuestro planeta.