Desde hace varias semanas, las autoridades de Ucrania buscan alternativas para cerrar la gran brecha en la estructura protectora del reactor 4 de la central nuclear de Chernóbil, dañada tras un ataque ruso.
El 14 de febrero, durante la noche, un dron impactó la estructura conocida como "Nuevo Confinamiento Seguro" (NSC, por sus siglas en inglés), provocando un incendio que afectó gravemente el techo. El fuego se prolongó por tres semanas y solo pudo ser extinguido el 7 de marzo.
Según los especialistas, la disminución de presión dentro del NSC no implica un peligro inmediato, aunque sí genera preocupaciones. "En este momento, desmantelar el antiguo sarcófago de forma segura es inviable, ya que ya presentaba fallas estructurales antes del ataque", explicó Dmytro Humeniuk, del Centro Estatal Científico-Técnico de Seguridad Nuclear y Radiológica de Ucrania.
Esta estructura de confinamiento fue diseñada precisamente para permitir el retiro seguro del sarcófago original, que sigue siendo inestable. En su interior hay 18 soportes en mal estado, y se teme que uno de los tres pilares principales colapse en cualquier momento. Si eso ocurriera, podría levantarse polvo radiactivo y aumentar el riesgo de dispersión de partículas contaminantes. "Ahora mismo, la cubierta no está cumpliendo su función de contención de los productos de fisión radiactiva", advirtió Humeniuk.
A pesar de la situación, los expertos aseguran que la población no necesita abastecerse de tabletas de yodo ni prepararse para una evacuación. No obstante, lamentan que los años de esfuerzo y la inversión internacional en esta cobertura puedan verse comprometidos.
"La prioridad es sellar el agujero de aproximadamente 15 metros cuadrados, así como las más de 200 perforaciones adicionales que el servicio estatal de emergencias realizó en la cubierta para sofocar el incendio", detalló Hryhoriy Ishchenko, jefe de la agencia estatal de Ucrania encargada de la zona de exclusión de Chernóbil. Su equipo actualmente trabaja en la evaluación de los daños causados por el ataque ruso. En los próximos días, expertos de diversas instituciones de investigación analizarán el estado de la cubierta.
El NSC fue construido sobre el sarcófago original, una estructura provisional que se levantó tras la explosión del reactor 4 en 1986 para evitar la dispersión de radiación. Su construcción requirió la colaboración de 45 países, con una inversión superior a los 1.500 millones de euros. Más de 10.000 personas de 40 naciones participaron en el proyecto, que tardó cerca de 12 años en completarse, desde la firma del contrato hasta su inauguración en 2019. No obstante, todavía no hay una evaluación oficial sobre el impacto del ataque ruso; los institutos especializados deberán realizar un análisis detallado.
En cuanto a las reparaciones, Humeniuk explicó que la alta radiación en la zona impide realizar trabajos de soldadura o reparaciones directas sobre el sitio. "El NSC fue ensamblado a distancia y luego deslizado sobre rieles hasta su ubicación actual. Como esos rieles fueron retirados, ahora es necesario encontrar una alternativa para proceder con las reparaciones", señaló.
Por otro lado, Jan Vande Putte, de Greenpeace Ucrania, considera que la única opción segura es reinstalar la estructura del NSC sobre los rieles y devolverla a su posición original. Solo entonces será posible ejecutar las costosas reparaciones necesarias, cuyo presupuesto exacto aún se desconoce.
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