No solo es México; Ecuador también pasa por una difícil situación respecto al tema de la inseguridad. El domingo 14 de agosto una explosión en un barrio de Guayaquil dejó como saldo cinco personas muertas, cerca de 20 heridos y ocho viviendas destruidas.
El gobierno de Guillermo Lasso decretó pocas horas después un Estado de Excepción por 30 días (el cual ha sido ampliado hasta la vecina ciudad de Durán) tras atribuir el ataque a grupos del crimen organizado. Medios locales atribuyen los hechos a disputas por el tráfico de drogas entre pequeños delincuentes.
Se teme que estos hechos rompan un nuevo récord de víctimas mortales en dicha zona, que para el 2021 rondaba casi las 700. Las detonaciones han sido atribuidas a miembros de una banda denominada Los Tiguerones.
Hace unos meses ocurrieron incidentes similares; en mayo, un auto con explosivo estalló cerca de la Unidad de Policía Comunitaria, y en abril otro detonó frente a la cárcel regional de Guayas, ambos sin víctimas mortales.
Esta sería la tercera vez que el gobierno de Lasso se ve obligado a declarar medidas como el Estado de Excepción para tratar de actuar en contra de los delincuentes; sin embargo, muchos lo ven solo como ‘un parche’ al ser solo una estrategia de contención; mientras que por otro lado el débil sistema de justicia en el país no está bien apuntalado.
Por lo pronto, se movilizarán más recursos materiales a la zona, además de que se creará una fuerza especial de tarea con miembros de la policía y de las fuerzas armadas.
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