El presidente ruso, Vladimir Putin, se sumergió este martes cerca de Moscú en agua helada a una temperatura de -20 grados centígraos, cumpliendo una tradición ortodoxa para celebrar la Epifanía y el bautismo de Cristo.
Tras quitarse un grueso abrigo y las botas, el jefe del Kremlin, de 68 años, con un traje de baño azul, entró en una piscina frente a una gran cruz translúcida, aparentemente tallada en el hielo y rodeada de nieve.
Luego se sumergió tres veces, haciendo la señal de la cruz de los cristianos ortodoxos, de acuerdo a las imágenes difundidas por la presidencia rusa.
El Kremlin indicó que este baño en temperaturas bajo cero marca "una de las fiestas cristianas más importantes: el bautismo de Cristo".
El 19 de enero, el día de la Epifanía en la tradición cristiana ortodoxa, miles de rusos se sumergen en agujeros excavados en el hielo, en estanques o en ríos.
De esta manera, conmemoran el bautismo de Jesucristo en el río Jordán.
Aunque la tradición de los baños helados es muy popular, algunos líderes de la Iglesia ortodoxa rusa ya han señalado que no es canónica y que no la practican.
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