A causa de sus problemas de salud y movilidad que la acechan desde finales del 2021, por primera vez en 59 años, la reina Isabel II, dejó el trono vacío al no asistir a la apertura del Parlamento, evento que estaba agendado como primordial.
A través de un comunicado se informó que no participaría en esta importante ceremonia, señalando que era debido a los problemas con su salud por los que atraviesa.
“La reina sigue experimentando problemas episódicos de movilidad y tras analizar la situación con sus médicos, ha decidido que no participará en la apertura del Parlamento”.
En una muestra clara de una transición en el seno de la monarquía británica, acudió en representación el príncipe Carlos, heredero de la corona, quien también estuvo representando en otros eventos oficiales.
A pesar de la ausencia de la cabeza de la familia real británica, el acto se celebró a lo grande como lo dicta la tradición, donde no faltó la corona imperial colocada sobre un cojín de color rojo, símbolo importante de la monarquía y Parlamento.
Algunos medios de comunicación internacionales señalan que las apariciones públicas de la reina, son cada vez menos frecuentes, aunque sí se espera que pueda participar de alguna forma en los actos oficiales previstos para la primera semana del mes de julio.
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