Un brote de ántrax ha encendido las alertas en la provincia de Kivu del Norte, al este de la República Democrática del Congo, donde se han registrado 16 casos sospechosos y uno confirmado.
Las autoridades sanitarias del país, en conjunto con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), están desplegando esfuerzos para contener la situación.
El ántrax, también conocido como carbunco, es una infección causada por bacterias que afecta mayormente a animales, aunque los seres humanos pueden contagiarse mediante el contacto directo con animales infectados o a través del consumo de productos animales contaminados.
La enfermedad se manifiesta en tres formas clínicas en humanos: cutánea, gastrointestinal e inhalatoria, siendo esta última la más grave.
En cualquiera de sus variantes, los pacientes requieren atención médica en centros hospitalarios. Afortunadamente, existen tratamientos eficaces a base de antibióticos.
La OMS está llevando a cabo labores de investigación epidemiológica y vigilancia activa para rastrear la fuente del brote, comprender las vías de transmisión e implementar medidas de contención.
También ha facilitado el suministro de medicamentos esenciales y está coordinando con las autoridades sanitarias de Uganda, donde se han detectado siete casos relacionados.
Aunque existen vacunas disponibles tanto para animales como para humanos, estas últimas son limitadas y no están ampliamente distribuidas, lo que representa un desafío adicional en contextos de emergencia como el actual.
El ántrax, también conocido como carbunco, es una infección grave causada por la bacteria Bacillus anthracis. Sus efectos en la salud dependen de la vía por la cual ingresa al cuerpo humano. Las formas más comunes son cutánea, gastrointestinal e inhalatoria. Cada una presenta síntomas específicos y riesgos distintos.
El ántrax cutáneo es la forma más frecuente. Ocurre cuando las esporas de la bacteria entran en contacto con la piel a través de cortes o heridas. Los síntomas incluyen la aparición de una ampolla que se convierte en una úlcera indolora con un centro negro (conocida como escara). También puede haber hinchazón en la zona afectada, fiebre y malestar general. Afortunadamente, si se trata a tiempo con antibióticos, tiene una alta tasa de recuperación.
El ántrax gastrointestinal se produce al consumir carne contaminada y mal cocida de animales infectados. Esta forma es más peligrosa y se manifiesta con síntomas como náuseas, vómitos (a veces con sangre), dolor abdominal severo, diarrea intensa y fiebre. Si no se trata rápidamente, puede llevar a complicaciones graves e incluso a la muerte.
El ántrax por inhalación es la forma más mortal. Se da cuando se inhalan esporas, lo cual puede suceder en ambientes industriales o en escenarios de bioterrorismo. Comienza con síntomas similares a una gripe: fiebre, tos, dolor de garganta y debilidad. Sin embargo, progresa rápidamente hacia dificultad respiratoria, shock séptico y, en algunos casos, meningitis. Esta forma requiere atención médica inmediata y tiene una alta tasa de mortalidad si no se detecta a tiempo.
Además, en casos graves, el ántrax puede propagarse por todo el cuerpo, causando infección generalizada o septicemia, que puede resultar en fallos múltiples de órganos. También puede provocar meningitis, una inflamación de las membranas del cerebro y la médula espinal, lo cual es extremadamente grave.
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