El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, fue elegido el domingo por su partido como candidato para las próximas elecciones presidenciales a principios de 2024, marcando otro paso en el controvertido objetivo del joven líder de extender su mandato, que comenzó en 2019.
En septiembre, Bukele anunció que buscaría la reelección a pesar de la prohibición constitucional de mandatos consecutivos. En 2021, el tribunal más alto del país, cuyos miembros son designados por el Congreso controlado por el partido gobernante, dictaminó que Bukele podía postularse para la reelección, una decisión que provocó condena internacional, incluyendo la de Estados Unidos.
El presidente, quien tiene una intención de voto de más del 70% según encuestas recientes, y su actual vicepresidente, Félix Ulloa, aún deben registrarse oficialmente como candidatos ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE). La fórmula Bukele-Ulloa fue la única opción presentada por el partido Nuevas Ideas durante sus elecciones internas.
Los salvadoreños acudirán a las urnas el 4 de febrero para elegir presidente y vicepresidente para el período 2024-2029, así como miembros del parlamento hasta 2027. Un mes después, votarán por alcaldes y representantes al Parlamento Centroamericano (Parlacen), siguiendo reformas controvertidas que redujeron el número de legisladores y municipios en el país.
"El partido más grande en la historia de nuestro país habló hoy, y el 4 de febrero de 2024, el pueblo salvadoreño tendrá la última palabra", tuiteó el presidente el domingo por la noche.
Bukele, un empresario de 41 años convertido en político, asumió la presidencia de El Salvador en junio de 2019 después de ganar por amplia mayoría en las elecciones de ese año y romper con 30 años de bipartidismo entre el partido de derecha ARENA y el partido de izquierda FMLN.
Su "guerra" contra las pandillas en El Salvador le ha valido al presidente una popularidad sin precedentes, a pesar de ser acusado por varias organizaciones no gubernamentales (ONG) de presuntas violaciones a los derechos humanos y de negociar privilegios con criminales.
El presidente ha negado categóricamente estas acusaciones, pero dicho comportamiento no es desconocido en El Salvador. En mayo, el expresidente Mauricio Funes fue condenado a 14 años de prisión por negociar con pandillas.
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