Despidos, recontrataciones, reactivación de cuentas, entre ellas la de Donald Trump, planes de pago y renuncias son algunas de las situaciones que ha marcado el primer mes de Elon Musk a la cabeza de Twitter, red social que, desde la llegada del empresario, contempla cobrar una cantidad mensual a sus suscriptores que quisieran obtener la verificación oficial en la plataforma digital.
El pasado 27 de octubre, Elon Musk formalizó la compra de esta red social por 44 mil millones de dólares. El empresario aseguró que llevó a cabo esta adquisición para “ayudar a la humanidad”, ya que no quiere que se convierta en un “infierno anárquico” donde se pueda decir cualquier cosa sin sufrir consecuencias.
“La razón por la que adquirí Twitter es porque es importante para el futuro de la civilización tener una plaza pública común, donde se pueda debatir una amplia gama de opiniones de manera saludable, sin recurrir a la violencia”, escribió Musk en un mensaje inusualmente largo para el multimillonario CEO de Tesla, quien normalmente proyecta sus pensamientos en tuits de una línea.
“Actualmente, existe un gran peligro de que las redes sociales se dividan en cámaras de eco de extrema derecha y extrema izquierda que generan más odio y dividen a nuestra sociedad”, continuó el empresario en un mensaje que parecía reflejar las preocupaciones entre los anunciantes, principal fuente de ingresos de Twitter, debido a que los planes de Musk son, según ha dicho, promover la libertad de expresión, lo que reduciría la moderación del contenido, exponiendo a la plataforma a una mayor toxicidad en línea, lo que podría ahuyentar a los usuarios.
En un mensaje a los anunciantes, el mismo jueves 27 de octubre, Musk dijo que quiere que Twitter sea “la plataforma publicitaria más respetada del mundo”, por lo que consideró que debería ser “cálida y acogedora para todos”, y a su vez permitir a los usuarios elegir la experiencia que quieren tener.
“No lo hice para ganar dinero”, agregó, aludiendo a sus planes para adquirir la plataforma, que dijo, hizo “para tratar de ayudar a la humanidad, a la que amo. Y lo hago con humildad, reconociendo que el fracaso en la consecución de este objetivo, a pesar de nuestros mejores esfuerzos, es una posibilidad muy real”.
Con su llegada a Twitter, también llegaron las sorpresas, en primer lugar para la planta ejecutiva de la empresa, ya que el dueño de Tesla decidió prescindir de, hasta entonces, los principales directivos de dicha plataforma digital, entre ellos, el director general (CEO), Parag Agrawal, y al director financiero (CFO), Ned Segal. Así como a Vijaya Gadde, jefe de Asuntos Legales, Políticas y Fideicomisos, y a Sean Edgett, consejero general de Twitter desde 2012.
Sólo unos días después, el 4 de noviembre, se anunció el despido de los trabajadores de la plataforma en la oficina de México, así lo dieron a conocer los mismos miembros de la red social, quienes en esos momentos también estuvieron publicado en algunos casos mensajes de despedida, situación que Musk justificó a través de sus redes sociales, en donde aseguró que era la única opción porque la empresa estaba perdido más de cuatro millones de dólares al día. Además, aseguró que a todos se les ofreció una indemnización de tres meses de salario, mayor a la requerida por la ley de Estados Unidos.
“Con respecto a la reducción de la fuerza laboral de Twitter, desafortunadamente no hay otra opción cuando la empresa está perdiendo más de $4 millones por día. A todos los que salieron se les ofrecieron 3 meses de indemnización, que es un 50 por ciento más de lo requerido legalmente”, escribió el empresario.
Por su parte, uno de los exempleados de Twitter en México le dijo a SinEmbargo que no fueron notificados que estaban despedidos hasta que intentaron tener acceso a la plataforma. “Amanecimos bloqueados, sin más”, dijo. También recordó que todo el personal despedido a lo largo de Estados Unidos se ha organizado para una demanda colectiva y que es posible que en México suceda lo mismo.
Tras estos primeros despidos que sucedieron en Twitter, Bloomberg dio a conocer que los ejecutivos de la plataforma digital reconsideraron el hecho y decidieron ponerse en contacto con varios de los empleados que, en un primer momento, fueron despedidos y les solicitaron regresaran a la compañía ahora dirigida por el empresario Elon Musk.
Bloomberg, que citó a dos personas familiarizadas con los movimientos, aseguró que el despido masivo afectó a aproximadamente a tres mil 700 empleados en Twitter, detalló que algunos de los trabajadores habrían perdido su trabajo “por error”, mientras que otros tantos fueron cesados de sus labores sin que los altos mandos de la red social tuvieran en cuenta su trabajo y experiencia, misma que podría ser de utilidad para la nueva era en la plataforma digital prevista por Musk.
Aunque a su llegada para encabezar la red social, Musk aseguró que ninguna cuenta bloqueada en Twitter sería reactivada, ya que antes debería pasar por un proceso ante el consejo de moderación, situación que podría durar varias semanas, el pasado fin de semana varias cuentas de personajes, que llevan un polémico historial de mensajes en la red social del pájaro azul, fueron reactivadas en la plataforma digital.
“El consejo de moderación de contenido de Twitter incluirá representantes con puntos de vista muy divergentes, que sin duda incluirán a la comunidad de derechos civiles y grupos que enfrentan violencia alimentada por el odio”, anunció el dueño de SpaceX, el pasado 2 de noviembre mediante un mensaje en Twitter.
El primero en recuperar su cuenta de Twitter fue el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump. El sábado 19 de noviembre, el propio Musk dio a conocer que se restauraría la cuenta del exmandatario, decisión que tomó, luego de una encuesta en la que los usuarios votaron a favor de que se reactivara la cuenta de Trump, con un 51.2 por ciento.
“El pueblo ha hablado. Trump será restablecido. Vox Populi, Vox Dei”, tuiteó Musk.
La cuenta de Trump se mantuvo suspendida desde enero de 2021, cuando una turba de partidarios de Trump atacó el Capitolio de Estados Unidos, mientras el Congreso estaba a punto de certificar la victoria electoral de Joe Biden. Esa cuenta reapareció en la plataforma, con todo y sus tuits anteriores: más de 59 mil. Sin embargo, sus seguidores desaparecieron, al menos inicialmente.
Al día siguiente, el 20 de noviembre, la estrella del rap Kanye West también volvió a Twitter este luego de que fuera expulsado de la plataforma por publicar un comentario antisemita, suspensión que duró aproximadamente tres semanas, desde el 9 de octubre cuando violó las normas de Twitter al enviar un mensaje donde le deseaba la muerte a los judíos,
“Probando, probando, a ver si mi Twitter está desbloqueado”, escribió en su red social el rapero ahora conocido como “Ye”. El regreso de West también provocó una serie de reacciones de los tuiteros, quienes rechazaron que el rapero de 45 años regrese a la plataforma debido a las polémicas en las que ha estado involucrado.
Este lunes 21 de noviembre, se dio a conocer que Twitter pospuso de manera indefinida el relanzamiento del servicio de verificación de pago de la plataforma pese a que días antes se dio a conocer que estaría listo el 29 de noviembre, según detalló el propio Musk la determinación se tomó pata cuando haya “un alto nivel de confianza” en las funciones de ‘Twitter Blue’ y con ello evitar la suplantación de identidad.
“Se pospone el relanzamiento de ‘Blue Verified’ hasta que haya un alto nivel de confianza para detener la suplantación de identidad”, explicó el empresario en su cuenta de Twitter, quien también adelantó que probablemente se usará una verificación de color diferente entre organizaciones y personas.
La decisión de Musk tiene lugar tras varios días en los que los usuarios de la red social que aceptaron pagar 7.99 dólares al mes, señalaron que no podían acceder a la funciones de “Twitter Blue”. Además, el nuevo modelo de pago propuesto por el multimillonario fue suspendido luego de propiciar que infinidad de usuarios adquirieron tal verificación para suplantar a entidades de reconocido prestigio, con lo que dañaron la reputación de empresas o de personajes públicos.
Como venía haciendo hasta que dejó de estar en funcionamiento, “Twitter Blue” incluye funciones adicionales a las que sólo sus suscriptores pueden acceder. Entre ellas, la de personalizar el icono de la propia app y el tema de su cuenta, activar el Modo Lectura o crear carpetas de elementos guardados desde el perfil, así como acceder de forma anticipada a funciones en pruebas, como la edición de los tuits. La suscripción también ofrece una cantidad menor de anuncios.
En tanto, uno de los principales cambios es el significado de la marca de verificación azul, insignia que ya no solo hacía referencia a las cuentas verificadas por ser “activas, notables y auténticas”, sino que también indicaba que la cuenta tenía una suscripción activa a “Twitter Blue”, como explica la propia compañía en la página dedicada a la suscripción.
Fue el 1 de noviembre cuando Musk anunció que Twitter cobraría ocho dólares a sus suscriptores en Estados Unidos para verificar sus perfiles. “El actual sistema de señores y campesinos de Twitter para saber quién tiene o no una marca de verificación azul es una mierda ¡Poder para el pueblo Blue por 8 dólares al mes”, tuiteo el empresario, quien ahondó que dicho precio de cobro por verificación de perfil será ajustado por país proporcional a la paridad del poder adquisitivo.
Previo a este anuncio, el portal The Verge dio a conocer que el multimillonario pretendía elevar el costo del servicio de suscripción a Twitter Blue a 19.99 dólares al mes, respecto a los 4.99 dólares actuales, incluyendo el servicio de verificación de perfil, con la advertencia de que todos aquellos usuarios que actualmente disponen de la popular confirmación azul la perderán si no se abonan al servicio.
El portal especializado ahondó que el plan de Musk contempla que los usuarios verificados, que se estiman en torno al medio millón de cuentas, dispongan de 90 días para suscribirse al servicio o perderían su marca de verificación azul, por ello, los empleados encargados del proyecto habrían sido advertidos el domingo 30 de octubre que deberían tener listos los cambios en la función para su lanzamiento el próximo 7 de noviembre o serían despedidos.
Desde que asumió el control de Twitter a finales del pasado mes de octubre, Musk ha despedido a aproximadamente la mitad de los siete mil 500 empleados de tiempo completo con los que contaba la empresa, así como a un número incalculable de trabajadores externos responsables de la moderación de contenidos y de otras tareas cruciales, situación que se da justo al inicio de la Copa del Mundo de la FIFA 2022, uno de los eventos más concurridos de Twitter que podría abrumar sus sistemas si las cosas colapsan.
Apenas la semana pasada, se dio a conocer que Twitter seguía perdiendo ingenieros y otros trabajadores, situación que se agudizó entre el jueves 17 y el viernes 18 de noviembre, después de que su nuevo propietario les diera a elegir a sus empleados entre comprometerse a trabajar “arduamente” o renunciar con una indemnización, situación que no pasó desapercibida para muchos de lo que integran dicha red social.
Incluso, algunos usaron el propio Twitter para anunciar que renunciarían después de que Musk les diera este ultimátum, mientras que otros trabajadores asistieron a un foro privado de la empresa en donde hablaron de su salida, al preguntar cómo podría poner en peligro sus visados estadounidenses o si recibirían la indemnización prometida, según relató un empleado que fue despedido y que solicitó el anonimato por temor a represalias.
Aunque no está claro cuántos de los ya diezmados empleados de Twitter aceptaron la oferta de Musk, la nueva ronda de salidas sólo es la confirmación de que la plataforma sigue perdiendo trabajadores. Tan sólo a principios de la semana pasada ocurrió el despido de un pequeño grupo de ingenieros que se opusieron a Musk públicamente o en el sistema de mensajería interna Slack de la empresa.
“A todos los Tweeps que decidieron hacer hoy su último día: gracias por ser increíbles compañeros de equipo a través de los altibajos. No puedo esperar a ver lo que hacen después”, tuiteó Esther Crawford, una empleada que se queda en la empresa y ha estado trabajando en la reforma del sistema de verificación de la plataforma.
El mensaje de Crawford tuvo lugar después de que, el miércoles por la noche, Musk envió un correo electrónico al personal de Twitter, en el que les subrayó que es una empresa de software y servidores en su núcleo, por lo que exhortó a los empleados que decidieran antes del jueves por la noche si querían seguir formando parte del negocio. “Tendrán que ser extremadamente duros” para construir “un Twitter 2.0 innovador”, advirtió Musk a los empleados, a quienes enfatizó que necesitarán largas horas a alta intensidad para tener éxito.
Y esta renuncia masiva de empleados de la plataforma digital ya empezó a acarrear consecuencia, pues el pasado jueves 18 de noviembre, las oficinas en San Francisco, California, Estados Unidos, tuvieron que cerrar sus puertas, decisión que los altos ejecutivos de la empresa tomaron como medida preventiva para evitar que los trabajadores “pudieran sabotear la red social”.
Asimismo, se solicitó a los empleados que decidieron quedarse que regresaran a las oficinas hasta este lunes 21 de noviembre, según informó la cadena CNN. Pero a Twitter no le bastó con el cierre de su sede, también cerró el acceso a las herramientas de comunicación interna y a los dispositivos de la compañía en manos de los trabajadores, tal y como hizo hace unas semanas al despedir al 50 por ciento de la plantilla.
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