El congresista John Lewis, emblemático defensor del pacifismo y de los derechos civiles en Estados Unidos, además de compañero de lucha de Martin Luther King, murió de cáncer el viernes a los 80 años.
"Hoy Estados Unidos llora la pérdida de uno de los más grandes héroes de su historia", dijo la presidenta de la Cámara, la demócrata Nancy Pelosi, en un comunicado.
Lewis, legislador durante décadas y que padecía un cáncer de páncreas, fue "un titán del movimiento de los derechos civiles cuya bondad, fe y valentía transformaron nuestra nación", agregó Pelosi.
También la Casa Blanca recordó el sábado a Lewis por su trayectoria en defensa de los derechos civiles.
"El congresista John Lewis fue un ícono del movimiento de derechos civiles, y deja un legado perdurable que nunca será olvidado", señaló en Twitter la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany.
"Mantenemos a su familia en nuestras oraciones, ya que recordamos las increíbles contribuciones del legislador John Lewis a nuestro país", escribió.
Durante toda su vida el activista libró una férrea batalla contra la discriminación e injusticia por motivos raciales.
Fue detenido por la policía en varias ocasiones en protestas contra los genocidios o contra las leyes relativas a la inmigración y con los años se convirtió en una de las voces más respetadas del país a favor de la justicia y la igualdad.
También se enfrentó al presidente republicano de Estados Unidos, Donald Trump, boicoteando su investidura y subrayando la injerencia rusa en las elecciones de 2016 para poner en entredicho su legitimidad.
Del campo al activismo
Lewis nació en Troy, en Alabama, en 1940. Fue el cuarto de diez hermanos de una familia campesina y creció en una comunidad totalmente negra donde rápidamente sintió la segregación por el color de su piel.
Tenía apenas 21 años cuando se convirtió en uno de los fundadores de los "Jinetes de la libertad" (Freedom Riders), que pelearon contra la segregación en el transporte público a comienzos de la década de 1960.
Fue también el líder más joven de la multitudinaria manifestación de 1963 en Washington en la que el difunto activista Luther King pronunció su histórico discurso "I have a dream" ("Tengo un sueño").
Dos años después casi muere en una protesta antirracista pacífica en Selma, en Alabama, cuando sufrió una fractura del cráneo por golpes de la policía.
Ese día pasó a ser conocido como el "Domingo sangriento" y, exactamente medio siglo después, caminó de la mano con Barack Obama, el primer presidente negro de Estados Unidos, por el lugar donde tuvo lugar esta emblemática manifestación.
"El gran cambio está llegando"
Lewis entró al Congreso estadounidense en 1986 y allí no tardó en convertirse en una autoridad moral. Pelosi lo consideraba "la conciencia del Congreso".
Tras hacerse público su fallecimiento los homenajes de demócratas y republicanos no tardaron en llegar.
El líder republicano del Senado, Mitch McConnell, destacó que Lewis "no dudó en jugarse la vida para luchar contra el racismo, promover la igualdad de derechos y acercar nuestra nación a los principios que la fundaron".
Lewis se apartó en los últimos meses de sus tareas legislativas para concentrarse en el tratamiento contra el cáncer, pero a comienzos de junio volvió a Washington en medio de las protestas por la muerte de George Floyd, quien falleció asfixiado por un policía blanco que lo inmovilizó en el suelo tras su detención.
El legislador demócrata participó en un acto cerca de la Casa Blanca que, tras la muerte de Floyd, se convirtió en centro de protestas del movimiento "Black Lives Matter" contra el racismo y la brutalidad policial.
"Sopla el viento, el gran cambio está llegando", dijo Lewis en esos días, en un debate de congresistas sobre el racismo.
"Pocos de nosotros vivimos para ver nuestro propio legado desarrollarse de manera tan significativa y notable. John Lewis lo hizo", escribió este sábado en su cuenta de Twitter Obama, quien en 2011 le otorgó la Medalla de la Libertad, la más alta distinción civil de Estados Unidos.
"Desde un punto de vista histórico, hay pocos que puedan convertirse en gigantes", declaró a la cadena CNN Martin Luther King III, el hijo mayor del ícono de los derechos civiles. "John Lewis realmente se convirtió en un gigante a través de sus ejemplos que estableció para todos nosotros", subrayó.
Otra figura emblemática de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, el reverendo CT Vivian, falleció el viernes a los 95 años.
Vivian organizó sentadas contra la segregación en los años 1940 y fue uno de los primeros consejeros de Martin Luther King.
Bernice King, la hija más joven de Martin Luther King, subió en Twitter fotos de los dos fallecidos con la leyenda: "Ancianos, ahora antepasados. Aleluya".
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