Un misil disparado desde Yemen obligó a cerrar temporalmente el principal aeropuerto internacional de Israel este domingo, tras una interceptación fallida que puso en evidencia ciertas debilidades en la defensa del país y la persistente capacidad ofensiva del grupo rebelde hutí, a pesar de la campaña militar sostenida por Estados Unidos en su contra.
El grupo insurgente, apoyado por Irán y con base en Yemen, reivindicó el ataque como propio. De confirmarse, sería la primera ocasión en que logran alcanzar con éxito el aeropuerto Ben Gurión. Yahya Saree, portavoz de los hutíes, declaró que el blanco fue golpeado con un misil balístico hipersónico, agregando que ni los sistemas defensivos estadounidenses ni israelíes consiguieron detener el proyectil.
Imágenes difundidas en redes sociales mostraron escombros esparcidos en los alrededores de la terminal aérea y una densa nube negra elevándose desde el lugar del impacto. También se suspendió el servicio ferroviario hacia y desde el aeropuerto, mientras la policía pedía a la ciudadanía que evitara acercarse a la zona.
Este hecho representa una preocupante falla en la seguridad de una de las instalaciones más protegidas de Israel, lo que seguramente generará cuestionamientos sobre la efectividad de su escudo antimisiles, considerado uno de los más avanzados del mundo. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron que el incidente se produjo tras múltiples intentos de interceptación y que aún se analizaban los resultados.
Las FDI utilizaron el sistema Arrow de largo alcance en un intento por neutralizar el misil, mientras que Estados Unidos mantiene en suelo israelí un sistema THAAD de defensa antiaérea. No obstante, ambos fallaron esta vez. El ministro de Defensa, Israel Katz, advirtió con contundencia: "A quien nos ataque, le responderemos siete veces".
El gabinete de seguridad israelí tenía previsto reunirse por la tarde para discutir las implicaciones del ataque, según informó un funcionario del gobierno. La agresión se enmarca dentro de una serie de ataques consecutivos lanzados desde Yemen en los últimos tres días, según las autoridades israelíes.
Desde el inicio del conflicto entre Israel y Hamas en Gaza en octubre de 2023, el territorio israelí ha sido blanco de cohetes y misiles por parte de Hezbollah en el Líbano y de los hutíes en Yemen, quienes afirman actuar en solidaridad con los palestinos. Aunque la mayoría han sido interceptados, algunos han logrado impactar.
En diciembre, un proyectil hutí alcanzó Tel Aviv tras evadir las defensas, dejando múltiples heridos. El grupo aseguró haber lanzado un misil hipersónico, "Palestina 2", contra una instalación militar en Jaffa. Asimismo, en julio, los hutíes se adjudicaron un ataque con drones que causó víctimas en Tel Aviv, marcando su primera ofensiva exitosa de ese tipo en la ciudad.
En respuesta, Israel ha realizado bombardeos sobre posiciones hutíes en Yemen, atacando infraestructura como plantas de energía y puertos marítimos. Aun así, la mayor parte de la ofensiva militar ha sido liderada por Estados Unidos, con operaciones mucho más amplias durante las últimas semanas.
Estas acciones buscan frenar tanto los ataques hutíes contra Israel como sus embestidas contra barcos comerciales y buques militares estadounidenses en el Mar Rojo. Sin embargo, la estrategia ha resultado costosa y poco efectiva: tan solo en tres semanas, el esfuerzo ha representado un gasto de cerca de mil millones de dólares, incluyendo el despliegue de bombarderos furtivos B-2 y armamento de alta precisión.
Hamas, por su parte, elogió la agresión al aeropuerto Ben Gurión y calificó a Yemen como el "mellizo de Palestina", destacando su persistencia frente a lo que consideran potencias opresoras. En Sanaa, simpatizantes hutíes marcharon en el Día Internacional de Al-Quds, ondeando armas y lanzando consignas en apoyo a la causa palestina.
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