Inglaterra y Gales buscan prohibir las pruebas de virginidad, en las que se examina a las mujeres para verificar el estado del himen, y la cirugía para reparar dicho tejido.
El legislador Richard Holden, parlamentario de North West Durham, agregó una cláusula en el proyecto de ley de salud y atención que prevé prohibir ambos procedimientos.
Esta propuesta incluye que los médicos o las parteras que participen en las pruebas o las cirugías enfrenten cargos e incluso sean encarcelados. Sin embargo, algunos temen que criminalizar los procedimientos los lleve a la clandestinidad.
Expertos en medicina han indicado que la cirugía de himenoplastia, que restaura una capa de membrana en la vagina, es intrusiva, abusiva y poco científica.
Las pruebas de virginidad tienen un costo de entre 150 y 300 libras, de acuerdo con medios locales; además, son una violación de los derechos humanos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las Naciones Unidas (ONU).
Aunque se practica en al menos 20 países, no hay evidencia de que se pueda probar si una mujer o una niña ha tenido relaciones sexuales, de acuerdo con la OMS, porque el himen puede romperse por muchas razones, incluido el uso de tampones y el ejercicio.
Poco antes de casarse, Aisha, nombre para proteger la identidad de la mujer, fue obligada por su familia a someterse a una prueba de virginidad en una clínica de Londres.
Hace dos años, sus padres habían organizado el compromiso con un primo en Pakistán, en contra de su voluntad.
"Fallé la prueba", indicó Aisha; luego, sus hermanos y su padre la patearon y golpearon, pues les había traído "vergüenza", dijeron, y le exigieron que se practicara una himenoplastia para restaurar el "honor" de la familia. Aisha se negó a la cirugía y escapó de su casa.
Payzee Mahmod, de la Organización por los derechos de las mujeres iraníes y kurdas, comenzó a hacer campaña contra la llamada "violencia basada en el honor", después de que su hermana fuera asesinada.
"Las niñas vienen a nosotros y nos dicen que están siendo sometidas a estas pruebas y a la himenoplastia. Esta idea de que si no son vírgenes al asistir a sus bodas y que estarán en riesgo de violencia basada en el honor, puede tener consecuencias fatales".
Aneeta Prem, fundadora de la organización benéfica Freedom, ha escrito sobre la ilegalización de éstas prácticas, pues ha alertado que las peticiones de ayuda de niñas y mujeres procedentes del sur de Asia van en aumento.
"Descubrimos que las familias de los novios no solo piden una foto de la futura novia o sus logros educativos, sino también un certificado que diga que es virgen", dijo.
Al respecto, el profesor Colin Melville, del Consejo Médico General, indicó que los médicos no deben realizar exámenes íntimos que no sean clínicamente apropiados y solo deben hacerlo si los consideran necesarios y con el permiso del paciente.
"Nos preocuparía mucho saber que un médico ha realizado un procedimiento en contra de los deseos de un paciente o sin autorización. Nuestra guía es clara: cuando un médico ha violado de manera seria o persistente nuestra guía, podemos y tomamos medidas".
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