La Guardia Nacional de Estados Unidos fue movilizada mientras la población de la costa de Luisiana abandonaba sus hogares este viernes, al acercarse el huracán Delta con la amenaza de súbitas y mortales inundaciones.
El ciclón pasó el jueves por el oeste del Golfo de México, donde arrasó con árboles y tendidos eléctricos, e impactará este viernes en zonas costeras de Estados Unidos ya golpeadas por una poderosa tormenta hace pocas semanas.
"No sé si tendremos una casa cuando volvamos", dijo Kimberly Hester, residente de Lake Charles, Luisiana (sureste), por donde pasará Delta.
Delta registra vientos sostenidos de 195 km/h y se espera que llegue a tierra la noche del viernes, indicó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por su sigla en inglés).
Actualmente es un huracán categoría 3, lo que significa que puede causar "devastadores daños", explicó el NHC.
El centro señaló que "un muy peligroso aluvión" se esperaba al norte de la costa del Golfo de México con inundaciones de hasta 11 pies (3 metros).
El huracán ya pasó por la península mexicana de Yucatán sin causar mayores daños y sin que se reportarán víctimas.
Un impactado Golfo
En la costa de Luisiana muchos aún no se han recuperado del huracán Laura, que llegó a finales de agosto con categoría 4 en la escala Saffir-Simpson de cinco niveles.
El gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, pidió a los residente ser extremadamente cautelosos con Delta y anunció que 2 mil 400 efectivos de la Guardia Nacional fueron movilizados para colaborar.
Delta impactaría "en el área de nuestro estado que está menos preparada", sostuvo Edwards la noche del jueves.
"Por favor terminen de hacer los preparativos ahora. Superaremos esto", dijo a los residentes.
En la ciudad de Lake Charles, donde aún están en las calles destrozadas placas de madera y árboles derribados por el huracán Laura, Shannon Fuselier taladra planchas de madera sobre las ventanas de la casa de un amigo para protegerlas.
Muchas casas del vecindario están cubiertas por lonas a causa de los daños de huracanes anteriores y la que estaba reforzando Fuselier había sido dañada por un árbol derribado por Laura.
"Las ramas y hojas no dañan", indica Fuselier. Lo que causa destrucción son "pedazos de metal, acero, los marcos de ventanas de los vecinos, carteles de tiendas", explica.
Fuselier dice que se quedará en casa porque no cree que Delta sea lo suficientemente poderosa como para huir.
El gobernador Edwards había advertido que Delta podría hacer volar como misiles los restos de tormentas previas.
El jueves, el tránsito estuvo atascado en los dos sentidos de la autopista de Lake Charles debido a la cantidad de gente que dejaba la ciudad.
Terry Lebine ya había evacuado hacia el poblado de Alexandria, unos 100 kilómetros al norte, debido al huracán anterior y se aprestaba a escapar nuevamente.
"Es agotador", indicó a la Afp. "Tengo a mi madre de 81 años en un estado de salud que no es el mejor. Apenas habíamos vuelto a casa después de Laura y tenemos que irnos de nuevo a causa de Delta. Estuvimos en casa dos o tres semanas", cuenta.
Delta es la tormenta número 26 de una temporada de huracanes atlánticos inusualmente activa.
En septiembre, los meteorólogos se quedaron sin nombres para designarlas y debieron emplear palabras griegas.
Al elevarse la temperatura de las aguas oceánicas debido al cambio climático, los huracanes se tornaron más fuertes y científicos señalan que probablemente aumentará la cantidad de tormentas de categoría 4 y 5; las más peligrosas.
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