Este jueves en el marco de la Semana Santa 2025 el Papa Francisco realizó una visita a la prisión Regina Coeli. A su llegada, fue recibido por la directora del centro, Claudia Clementi, junto al equipo del lugar.
Posteriormente, se dirigió a la Rotonda principal, donde sostuvo un encuentro con alrededor de 70 personas privadas de la libertad, de distintas nacionalidades, quienes participan habitualmente en programas y catequesis impulsados por la capellanía del penal.
Durante el encuentro, el Director del centro penitenciario ofreció unas palabras de bienvenida, agradeciendo al Pontífice su presencia en nombre de toda la comunidad carcelaria.
Tras ello, el Papa Francisco compartió su mensaje, manifestando: "Me conmueve estar con ustedes. Cada Jueves Santo trato de hacer lo que hizo Jesús, el lavatorio de pies, y usualmente lo hago en una prisión. Este año no puedo realizar ese gesto, pero sí he querido venir a acompañarlos. Estoy orando por ustedes y por sus seres queridos".
El encuentro concluyó con un momento de oración compartida. El Papa saludó de forma personal a cada uno de los internos presentes en la Rotonda y después dirigió unas palabras finales antes de rezar en conjunto el Padre Nuestro e impartir su bendición apostólica.
La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó que el Papa fue recibido por la directora, Claudia Clementi, y que su visita tuvo una duración aproximada de 30 minutos.
"El Papa Francisco ha llegado a la cárcel Regina Coeli, y está ingresando a la Rotonda principal, donde se reunirá con un grupo de 70 reclusos", comunicó oficialmente el Vaticano.
El Papa Francisco hizo una aparición inesperada en la Basílica de San Pedro, donde, vestido de manera informal, interactuó con restauradores de arte y un niño.
Estas acciones reflejan su deseo de mantenerse activo y presente, incluso en medio de desafíos de salud.
Aunque ha delegado algunas celebraciones litúrgicas de la Semana Santa a otros cardenales, se espera que participe en la medida de lo posible en las festividades pascuales, incluyendo la Misa del Domingo de Resurrección y la bendición "Urbi et Orbi".
Francisco apareció por primera vez desde su ingreso al Policlínico, asomándose al balcón del hospital donde había permanecido desde el 14 de febrero.
Ante las 3.000 personas reunidas en la explanada, el Papa saludó y mostró los pulgares en alto, recibiendo una ovación de aplausos y gritos de su nombre. En ese momento, dedicó un gesto especial a Carmela, una mujer de 72 años que estaba en la primera fila con un ramo de flores amarillas: "Es buena", exclamó.
En ese instante, el rostro del Papa, aún marcado por la reciente hospitalización, se iluminó con una leve sonrisa al ver la multitud que coreaba su nombre.
El ambiente en el hospital era de pura esperanza y fervor. Enfermeros, médicos, estudiantes y fieles de distintas nacionalidades se habían reunido para orar por su pronta recuperación.
Entre ellos, se destacaba un hombre que, a punto de cumplir 75 años, sostenía una pancarta en la que pedía la intercesión de Juan Pablo II por Francisco.
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