En una pequeña localidad de Caserta, Italia, un estremecedor caso ha sacudido a la comunidad y ha dejado a las autoridades en un estado de alerta máxima.
Mario Eutizia, un hombre de 48 años que se dedicaba al cuidado de adultos mayores, ha sido detenido tras confesar haber acabado con la vida de al menos cuatro de sus pacientes, todos ellos ancianos que padecían cáncer.
Conocido ahora como el "ángel de la muerte", Eutizia se entregó a la policía con una confesión que dejó helados a los investigadores.
"Lo hice para llevarlos suavemente a la muerte, por compasión y misericordia cristianas, y porque estaban enfermos y sufriendo", declaró ante la fiscal Annalisa Learnato.
Según su relato, los actos que cometió no fueron fruto de la maldad, sino de lo que él consideraba un acto de misericordia hacia aquellos que, en su opinión, ya no podían soportar el dolor.
La historia de este cuidador comenzó a desmoronarse cuando, abrumado por la culpa, decidió confesar sus crímenes.
"Necesito que alguien me detenga porque podría volver a hacerlo. Tengo que quitarme un peso de encima", dijo a sus abogados, quienes, desconcertados por la gravedad de la situación, lo entregaron a las autoridades.
Eutizia detalló que entre 2014 y 2023, administró dosis letales de sedantes a cuatro de sus pacientes, todos ellos mayores de 80 años.
Los últimos dos casos se dieron a finales de 2023 y principios de 2024, lo que hizo que finalmente su conciencia no soportara más el peso de sus actos.
Las autoridades han iniciado una profunda investigación, que incluye la exhumación de los cadáveres de las víctimas para confirmar las causas de su muerte.
La Fiscalía de Santa María Capua Vetere, encargada del caso, también ha puesto en marcha una revisión exhaustiva de otros treinta ancianos que estuvieron bajo el cuidado de Eutizia, ante el temor de que pueda haber más víctimas de este "ángel de la muerte".
La noticia ha dejado a la comunidad en un estado de shock, mientras se buscan respuestas sobre cómo alguien encargado de cuidar a los más vulnerables pudo convertirse en su verdugo.
Este caso plantea difíciles preguntas sobre los límites de la compasión y la delgada línea que separa la ayuda de la maldad.
Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto | Aviso de Privacidad
Reservados todos los derechos 2024 |