La policía israelí chocó el lunes con manifestantes palestinos en un disputado lugar de culto en Jerusalén, con saldo de cientos de heridos, dentro de una sucesión de altercados que están llevando al límite a la ciudad.
Más de una docena de latas de gas lacrimógeno y granadas aturdidoras lanzadas por la policía cayeron en la Mezquita de Al Aqsa, ubicada en un recinto sagrado tanto para judíos como para musulmanes, según un fotógrafo de Associated Press en el lugar.
Los manifestantes habían colocado barricadas en las puertas del complejo con tablones de madera y chatarra desde la madrugada, según el fotógrafo.
En algún momento después de las 7 de la mañana comenzaron los enfrentamientos, en los que las personas dentro del recinto lanzaban piedras a la policía desplegada fuera.
En un momento dado, en la Mezquita de Al-Aqsa había unas 400 personas, entre jóvenes manifestantes y fieles de mayor edad. Los manifestantes arrojaron piedras desde el complejo a una calle contigua, cerca del Muro de las Lamentaciones y donde se habían reunido judíos para rezar, según la policía.
Había una humareda delante de la mezquita y el emblemático santuario de cúpula dorada, y la plaza circundante quedó salpicada de piedras. En un rincón del complejo, zapatos y escombros se amontonaban sobre las alfombras.
Más de 305 palestinos resultaron heridos, de los que 228 acudieron a clínicas y hospitales para ser atendidos, según la Media Luna Roja palestina. Siete de los heridos estaban graves. La policía informó de 21 agentes heridos, tres de los cuales fueron hospitalizados.
Tensión creciente en Ramadán
Los altercados se produjeron tras días de crecientes tensiones entre palestinos y las autoridades israelíes en la zona antigua de Jerusalén, el centro emocional del conflicto. También coinciden con el Ramadán, el mes sagrado del ayuno para los musulmanes y que es un periodo de gran sensibilidad religiosa.
Otro factor en juego es un plan de desahucios en un barrio árabe de Jerusalén Oriental, donde colonos israelíes han librado una larga batalla legal para tomar el control de varias propiedades.
Cientos de palestinos y unas dos docenas de policías han resultado heridos en los últimos días en los altercados en torno a la Explanada de las Mezquitas. El lugar, conocido por los judíos como Monte del Templo y por los musulmanes como Noble Santuario, está considerado como el lugar más sagrado de los judíos y el tercero del islam.
Tras varios días de violencia en Jerusalén, Israel se ha visto cada vez más criticada por sus agresivas acciones en el lugar, especialmente durante el Ramadán.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas programó consultas a puerta cerrada sobre la situación en Jerusalén para el lunes. La reunión fue solicitada por Túnez, representante árabe en el consejo, según diplomáticos.
El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, habló el domingo por la noche con su homólogo israelí, Meir Ben-Shabbat, e hizo una llamada a la calma. Sullivan pidió a Israel que "tome medidas apropiadas para garantizar la calma" y expresó las "graves preocupaciones" de Estados Unidos sobre la violencia y los planes de desahucios, según un comunicado de la Casa Blanca.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, respondió el lunes a las críticas y describió la situación como un problema de seguridad. Israel está decidido a garantizar el derecho de culto a todo el mundo, dijo, lo que "de vez en cuanto requiere alzarse y plantarse como están haciendo ahora la policía israelí y nuestras fuerzas de seguridad".
Ofir Gendelman, portavoz de Netanyahu, afirmó en un tuit que "palestinos extremistas planearon organizar disturbios con mucha antelación" en el recinto.
Ayman Odeh, un destacado político árabe en Israel, atribuyó la violencia a las prácticas discriminatorias contra los palestinos y dijo que Israel había provocado la violencia. "Allí donde haya ocupación, habrá resistencia", dijo en una conferencia de prensa en Sheikh Jarrah, cerca de las viviendas bajo amenaza de desalojo.
En otros incidentes violentos, manifestantes palestinos lanzaron piedras a un vehículo israelí que circulaba fuera de los muros de la Ciudad Vieja. El piloto pareció perder el control y se estrelló contra un peatón. Dos pasajeros resultaron heridos, según dijo la policía en un comunicado.
La policía había prohibido a los judíos visitar el lugar el lunes, cuando se celebra el Día de Jerusalén con un desfile de nacionalistas israelíes por el barrio musulmán de la zona antigua de Jerusalén y hasta el Muro de las Lamentaciones, el lugar más sagrado donde puede orar un judío.
El evento anual está ampliamente considerado como una provocadora demostración de la hegemonía judía sobre la disputada ciudad. Los participantes celebran la captura de Jerusalén Oriental por parte de Israel en la Guerra de Oriente Medio de 1967.
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