Un trágico incidente marcó el festival callejero en celebración de la herencia filipina en Vancouver, cuando un conductor arrolló a una multitud el sábado por la noche,como resultado, al menos 11 personas perdieron la vida y más de 20 resultaron heridas, informaron las autoridades locales.
Durante una conferencia de prensa celebrada la mañana del domingo, el primer ministro canadiense, Mark Carney, expresó estar "profundamente consternado" por los hechos ocurridos. También aseguró que, de momento, no se percibe una "amenaza activa" contra la población, en medio de un clima tenso previo a las elecciones del lunes.
Aproximadamente a las 8:14 p.m. del 26 de abril, un vehículo embistió a una gran concentración de personas que participaban en el Festival del Día de Lapu Lapu, cerca de la avenida 43 Este y la calle Fraser. El sospechoso, un varón de 30 años oriundo de Vancouver, fue detenido en el mismo lugar, conforme al reporte oficial de la policía.
La Policía de Vancouver indicó que el responsable era conocido por ellos "en determinados contextos", aunque se negaron a proporcionar más detalles acerca de su historial o si contaba con antecedentes penales. El jefe interino Steve Rai enfatizó que todo apunta a que actuó en solitario, confirmando que había "un sospechoso, un vehículo".
Por el momento, el motivo detrás del ataque permanece desconocido. Sin embargo, las autoridades descartan que se trate de un acto terrorista.
El evento, organizado para honrar el Día de Lapu Lapu un héroe indígena filipino que resistió la colonización española,buscaba ser una jornada de fiesta y diversidad cultural. Comida típica, presentaciones de danzas tradicionales y un ambiente familiar caracterizaron la celebración, hasta que el horror se apoderó del lugar.
Testigos relataron escenas de auténtico caos. "Fue como ver una bola de boliche derribando todo a su paso", narró Kris Pangilinan, periodista residente en Toronto, a CBC. "Era como una zona de guerra. Había cuerpos regados por todas partes", añadió.
Videos difundidos en redes sociales mostraban la energía y alegría del festival antes del ataque: camiones de comida, música en vivo y familias enteras disfrutando del día.
Una camioneta negra, con graves daños en su parte frontal, quedó detenida en medio de la carretera, con la puerta del conductor abierta mientras agentes inspeccionaban el interior. Fotografías captadas por Reuters mostraron paramédicos brindando primeros auxilios y el área acordonada por la policía.
El colectivo Filipino BC, organizador del festival, emitió un comunicado en Instagram donde expresó su dolor: "No tenemos palabras para describir el profundo impacto de esta tragedia absurda. Nuestro corazón está con las víctimas y sus familias".
El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., también reaccionó, asegurando sentirse "devastado" al conocer los hechos. A través de sus redes, envió sus "condolencias más sinceras" a los familiares de las víctimas y a toda la comunidad filipina en Canadá.
Finalmente, Jagmeet Singh, líder del Nuevo Partido Democrático, quien estuvo presente en el festival poco antes del ataque, expresó su conmoción: "Vi a muchos niños sonriendo y bailando. Esto es simplemente desgarrador", dijo en entrevista con CTV News.
La investigación, encabezada por la Sección de Delitos Graves de la Policía de Vancouver, continúa en curso. Las autoridades han solicitado la colaboración de testigos para esclarecer todos los detalles de este lamentable suceso.
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