El parlamento danés aprobó este jueves un proyecto de ley gubernamental que permite enviar a los migrantes que solicitan asilo a un país fuera de Europa que actuará como subcontratista, pese a las críticas sobre todo de las Naciones Unidas.
El texto, apoyado por la derecha y la extrema derecha, fue adoptado por 70 votos a favor y 24 en contra, pero su aplicación solo será posible cuando un país acepte recibir un centro de acogida de los solicitantes de asilo.
Fustigada por un sector de la izquierda y por organizaciones internacionales, la ley prevé que todo solicitante de asilo en Dinamarca será, una vez registrada su demanda, enviado a un centro de acogida fuera de la Unión Europea.
La ley prevé algunas excepciones, por ejemplo que el solicitante padezca una enfermedad grave.
Si el migrante no obtiene el estatuto de refugiado se le pedirá que abandone el tercer país. Pero incluso si lo consigue, la ley prevé que el solicitante permanezca en esa nación y no en Dinamarca.
El procedimiento sería financiado por Dinamarca, pero se confiaría al país anfitrión. Por el momento, ningún país ha aceptado acoger el proyecto.
El gobierno danés dice estar en discusiones con entre cinco y diez países, sin nombrarlos. La prensa menciona a Egipto, Etiopía y sobre todo a Ruanda, visitado en abril por el ministro de Migraciones, Mattias Tesfaye, que firmó un acuerdo de cooperación migratoria, sin mencionar el asilo.
"El parlamento (ruandés) aún no lo ha discutido" y "si esto sucede en el Parlamento, votaré en contra porque considero que va en contra de los valores humanos", dijo a la AFP Frank Habineza, diputado ruandés de oposición interrogado antes del voto danés.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados considera esa ley "contraria a los principios en los que se basa la cooperación internacional en materia de refugiados".
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