¿Es la oficina, tal y como la conocíamos hasta ahora, una reliquia del pasado? David Mott, un inversor de capital emprendedor se hace esa pregunta mientras reflexiona sobre la pandemia. Cree que el nuevo coronavirus nos ha brindado una "enorme oportunidad para un cambio histórico real" y para "reinventar el concepto de oficina".
Mott, socio fundador de Oxford Capital, una firma de inversiones inmobiliarias en Londres, Reino Unido, dice que en muchas de sus reuniones de los últimos meses ha debatido con su equipo sobre cómo serán los espacios de trabajo de aquí en adelante.
La oficina, dice Mott, "ya no es el lugar en el que se espera que pasemos turnos fijos con rígidos horarios de reuniones. La mayoría de las personas que trabajábamos en una oficina podemos hacer el trabajo desde casa, desde un café, desde la casa de un amigo o desde un sitio de coworking".
"Por supuesto, para algunas profesiones, la ubicación es fundamental. Pero los trabajadores de oficinas estamos viendo una página en blanco. Tenemos una oportunidad increíble para redefinir la manera en la que trabajamos y reescribir las normas. Pero necesitamos herramientas digitales que nos ayuden con esto".
Mott, apasionado del tema, hizo su propia investigación, y llegó a la conclusión de que hay al menos cinco modelos nuevos de oficinas que están emergiendo en el mundo. "Y puede que surjan más". Veamos cuáles son...
La oficina totalmente remota
"Hemos abierto los ojos a las maravillas del trabajo remoto. Zoom y otros sistemas de videollamadas no son perfectos, pero nos han liberado de la oficina (…) Es una posibilidad real para muchos negocios, pero requiere un arduo trabajo y mucha tecnología para que funcione bien", explica el especialista, que sugiere opciones como Slack o Facebook Workplace.
Mott cree que el principal reto de este modelo es la falta de contacto con el equipo y, por otro lado, explica que una de sus principales ventajas la posibilidad de hacer nuevas contrataciones en lugares lejanos, "de expandir el talento", además de ahorrar en costes.
El modelo híbrido
Consiste en trabajar uno o dos días a la semana en la oficina y el resto de forma remota. "Es el que hemos decidido aplicar en mi empresa", dice Mott. Su compañía tiene 18 oficinas repartidas en Reino Unido, en las que han diseñado algunos espacios comunes y otros individuales, adaptados a las circunstancias.
Se trata de combinar el trabajo a distancia con el trabajo de oficina, dice, aunque también advierte que podría acentuar algunas desigualdades entre trabajadores -por ejemplo, en función de su conexión a internet o su situación familiar-.
Modelo remoto "plus"
Una semana en la oficina, seguida de tres semanas trabajando de forma remota. "Esto permite a las personas vivir más lejos, pero hacer el esfuerzo de pasar tiempo trabajando junto a su equipo aproximadamente una vez al mes", cuenta Mott.
Algunas grandes empresas, como Estée Lauder, se lo plantearon a sus trabajadores durante la pandemia y pronto lo empezarán a aplicar. Carolina Salvador, coordinadora de comercio electrónico en la sede de Londres de Estée Lauder detalla que esta oficina abrirá solo con dos plantas, comedor y cocina cerrados y sin espacios compartidos, uso de mascarilla y un máximo de plazas de 100 personas.
Hub & Spoke
Este modelo consiste en que la empresa "se expanda, con oficinas remotas en otras ciudades o países para aprovechar las habilidades locales", explica Mott.
"Si, por ejemplo, 10 colegas viven en la misma zona, pueden socializar de forma más frecuente en esos espacios o poner en práctica el concepto WFA (trabaja desde donde quieras por el tiempo que quieras)". Es digamos, una variante de la oficina híbrida con opciones más locales, según la distribución del equipo.
Tiempo de calidad
Este quinto modelo tiene que ver con las empresas que priorizan la calidad de producción, sin supervisar tanto el tiempo de trabajo: no importa que los empleados trabajen de 9 de la mañana a 5 de la tarde; cada persona es diferente y tiene sus compromisos. Lo importante es el trabajo resultante.
"Ofrece una flexibilidad para adaptar el trabajo a otros compromisos, en lugar de supeditar la vida familiar a los compromisos laborales", resume el inversor.
¿Y la oficina "del pasado"?
Las nuevas tecnologías impulsaron cambios en la forma de trabajar y en la productividad, pero no tanto en los espacios de trabajo. Primero fueron las máquinas de escribir y las fotocopiadoras, más tarde llegaron las computadoras. Pero la rutina en la oficina seguía siendo más o menos la misma. Luego llegó internet.
El verdadero cambio, según él y otros especialistas en el campo, viene ahora, con la pandemia. El Chartered Institute of Personnel and Development, una asociación de recursos humanos con base en Londres prevé que la mayoría de las empresas mantendrán sus oficinas físicas.
Pero eso no quiere decir que la forma de trabajar no vaya a cambiar, le dijo recientemente a la BBC Peter Cheese, director de esa organización: "Estamos viviendo un momento de cambio real en el mundo laboral impulsado por una crisis existencial", explicó Cheese.
Y ese cambio pone a los empleados en el centro de decisiones estratégicas como nunca.
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