Si vives en departamento o un espacio pequeño, o no cuentas con un balcón o parque en casa, igualmente puedes hacer compost. Contrario a lo que pueda creerse, el compostaje es una tarea que no necesariamente debe hacerse en espacios grandes o exteriores.
Cuando nos iniciamos en el compostaje, surgen muchas preguntas: ¿cómo empiezo? ¿qué debo o no compostar? ¿despedirá olores desagradables? Lo cierto es que tan sólo necesitamos pocos elementos y es más sencillo de lo que parece.
Buscar un rincón de tu casa o departamento en el cual colocar el recipiente. Elige un espacio libre de humedad, luminoso y fresco. Luego, consigue los siguientes materiales y tenlos siempre a mano para mantener tu compost adecuadamente.
Proceso
¿Qué materiales necesitarás para el compost? Un macetero grande es fundamental. Si bien comenzarás con una pequeña cantidad de compost, éste irá creciendo y necesitarás espacio. Para simplificar la tarea, puedes tener en la mesada de tu cocina un recipiente más pequeño. En él, podrás colocar pequeñas cantidades de material para compostar, que luego llevarás al macetero.
También necesitarás tierra, en una cantidad que cubra la mitad de la maceta. Por otra parte, necesitarás una tapa que cubra completamente la parte más ancha del recipiente. Puedes fabricarla tú mismo con cartón o madera.
Incluye una pala pequeña, con la que podrás remover el compost de forma periódica. Por último, ten siempre a mano materiales secos, como hojas que caigan de los árboles o aserrín. Opcionalmente, puedes añadir lombrices. Ellas se encargarán de transformar con mayor rapidez la tierra y restos vegetales en abono para tus plantas.
Consejos
Lo primero que debes saber es que cada compost es diferente. Esto significa que, al principio, puede que no salga según lo esperado. Con la práctica, sabrás cuál es el punto de equilibrio para evitar un exceso de humedad, o que la tierra se seque demasiado.
Lo habitual es que la mezcla no desprenda olores desagradables. Si lo hace, puede deberse a que los restos vegetales no se descomponen de manera adecuada. Para evitarlo, coloca materiales como hojas y césped secos o papel.
Materiales
Puede que tengas dudas acerca de qué añadir y qué no. Para que el abono se forme correctamente, es clave saber cuáles son los elementos que aportarán nutrientes y se degradarán fácilmente. Aunque existen distintas técnicas, lo recomendable es incorporar ingredientes variados de a poco y observar su respuesta. Para aprovechar mejor tu compostera, puedes agregar los siguientes recursos.
Pañuelos y servilletas de papel. Debido a la calidad de este papel se dificulta reciclarlo, por lo que se recomienda cortarlo en pequeños trozos y añadirlos al compost. Es una excelente forma de evitar el desperdicio de este material de un solo uso. Además, se degrada fácilmente.
Bolsitas de té. Tanto las hebras del té como su bolsa contenedora pueden compostarse sin inconvenientes. Ésta última debe estar hecha de tela de algodón, o bien de papel de filtro. La próxima vez que prepares una infusión, recuerda reservar los desechos para convertirlos en abono.
Brochetas, palillos de dientes y fósforos. Las brochetas de bambú, al igual que los palillos y fósforos usados de madera, pueden transformarse en nutrientes para tus plantas. Al igual que el papel, son utensilios de un solo uso a los que se les puede dar una segunda oportunidad.
Recortes de cabello y uñas. ¡Así es! Si cortas tu cabello o uñas, siempre y cuando no contengan esmalte, puedes agregarlos a tu compostera. Lo mismo sucede con los de las mascotas. El cabello, particularmente, es una rica fuente de nitrógeno.
Papel triturado. Si bien este material puede depositarse en los contenedores de reciclaje correspondientes, se pueden compostar. Se aprovecha de una mejor manera, ya que, al vaciar dichos depósitos, pueden esparcirse por el aire y se desperdician.
En esta categoría pueden incluirse, por ejemplo, las etiquetas de precios para la ropa. Al ser tan pequeñas, resulta difícil reciclarlas, por lo que pueden agregarse al abono como papel triturado.
Restos de vino, cerveza, vinagre o licores. El vino funciona como una especie de estimulador para que las bacterias comiencen a trabajar. Además, los restos de cerveza y de su elaboración resultan beneficiosos para el proceso de compostaje.
Hojas, pasto y tierra de macetas gastada. Las hojas secas son ricas en carbono y resultan un excelente ingrediente durante los meses de otoño e invierno. La tierra gastada que no se reutiliza en otras macetas también puede agregarse, ya que aporta nutrientes al compost.
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