Una simple llamada telefónica le dejó a Carla Morrison una lección de vida muy importante: se vale soñar hasta con lo imposible.
“Era Ricky Martin, y dije ‘¿¡qué!?’”, exclamó la mexicana desde su casa en París, donde vive actualmente y estudia una carrera de jazz, “me dijo que buscaba una balada, que en su casa están obsesionados con mi música y sólo me escuchan a mí. Y fue súper fuerte, porque le dije que si yo sé algo de romance es por muchas de sus rolas”, recordó.
Se puso manos a la obra. Le mandó varias opciones y la que flechó al boricua fue ‘Recuerdo’.
Carla quedó conforme con la selección y pensó que ahí quedaba, se la iba a mandar y listo, pero lo que él quería también era su voz. “’Carla, cómo crees, si por eso te estoy buscando’”, dramatizó Carla el momento.
El trabajo fue vía remota, porque todo se gestó poco antes de la pandemia, de hecho, la primera llamada que le hizo el puertorriqueño fue a pocos minutos antes de subir a cantar El amar y El querer durante el tributo a José a José que se realizó en el pasado Vive Latino.
“Es un momento histórico en mi carrera porque honestamente jamás soñé tan alto”, se sinceró. Una fuerte colaboración que se suma a la de J Balvin, Juan Gabriel y Enrique Bunbury, por mencionar algunas glorias que ha conseguido a sus 33 años.
La letra de ‘Recuerdo’, incluida en el EP de Ricky, ‘Pausa’, le deja claro a la autora que sigue cantándole al amor, ahora desde la perspectiva de su edad, de sus más de 10 años de carrera, del aprendizaje que le ha dejado volver a la escuela y componer con una amiga de Italia. Es la flor de toda su reconstrucción como profesional y persona.
Resta concretar el dueto en vivo, pero depende del futuro que continúa siendo incierto.
Planes
Ella tenía claro que 2021 podría ser el año de regresar con noticias, porque desde agosto pasado comenzó formalmente a grabar canciones. Sin embargo, se atravesó en sus planes la pandemia y puede que se adelante.
“Y mucho de lo que estoy escribiendo, son temas que a la gente le podrían hablar y hacerse sentir escuchados. Estoy hablando de ansiedad, depresión y amor propio; no sé si sea lo más visceral, pero sí lo más honesto.
“Hablar de amor, no es que sea fácil, pero es un sentimiento que todos reconocemos en algún punto que nos enamoramos y nos rompen el corazón, lo que no es habitual es hablar de que uno no se ame a uno mismo o misma, querer sentirse más conectado, y me ha sido difícil hacerlo porque me pongo a llorar, pues estoy admitiendo mis verdades. He tenido que ser neta conmigo para llegar a este punto”, adelantó.
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