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Soluciona el problema

Cambia de actitud contra el estreñimiento

Soluciona el problema
México | 2022-03-24 |
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SEGUNDA PARTE

Aunque hoy día no está "bien visto" hablar del movimiento intestinal, no siempre fue así: "En el Medioevo, tanto en textos literarios como médicos, el tema de los excrementos está por todas partes", explica la historiadora de la medicina Louise Foxcroft, y añade que antes no había tanta privacidad en torno al uso del baño.

"Imagínate Londres en el siglo XVIII, antes del sistema de cloacas. Había carros que pasaban por la ciudad para recoger las heces (que tiraban por las ventanas o estaban desperdigadas por todos lados) y se las llevaban para fertilizar los campos".

El secretismo se desarrolló a la par de las ciudades industriales. "La idea de privacidad surgió en el siglo XIX, particularmente en Occidente, cuando se popularizó la vida en las ciudades y la gente comenzó a vivir en sitios abarrotados, se construyeron cloacas y aparecieron los baños", explica Foxcroft.

"La familiaridad sobre el funcionamiento del cuerpo era antes mucho mayor que ahora", añade.

En el siglo XVIII, por ejemplo, la constipación fue un tópico explorado por algunos de los grandes escritores de la época.

"Voltaire decía que las personas que mueven de cuerpo regularmente y con facilidad todas las mañanas son las favoritas de la naturaleza. Son dulces, afables, agraciadas, reflexivas, complacientes y eficientes. Y un no de su boca tiene más gracia que un sí de la boca de un constipado", relata la historiadora.

Y es que la división entre la mente y el cuerpo es una separación filosófica relativamente reciente.

"Antaño se pensaba que el intestino era donde se asentaban las emociones, no el corazón", dice Foxcroft, y añade que, en la poesía medieval, hay muchos temas que versan sobre los excrementos y el amor, dos cosas que uno compartía con la persona que amaba.

Resultados

Más allá de los cambios de actitud respecto al estreñimiento, lo que muchos se preguntan hoy día es qué hacer para no padecerlo: "Necesitas cierta cantidad de fibra (soluble e insoluble) para que se formen las heces y muchas veces uno no consume lo suficiente", explica Toribio-Mateas.

Emmanuel sugiere además de una dieta más balanceada -comiendo al menos tres veces al día- más líquidos, caminar más dentro o fuera de la casa, y si eso no funciona, usar laxantes suaves y, sobre todo, "cuando el cuerpo lo pide, no ignorar las ganas porque no es el momento adecuado, e ir al baño".

"Igualmente, cuando estás ahí, no te quedes mucho tiempo. Cuando hiciste lo que tenías que hacer, no te quedes esperando a hacer más", agrega.

Toribio-Mateas recomienda, para romper el tabú, "llevarse un libro que a uno le guste al baño, poner música... piensa en formas alternativas. Trata de emular la situación en la que vas al baño para darte un baño de tina, donde harías cosas para sentirte relajado".

"No te sientas raro haciendo esto. Piensa que estás trabajando en la comunicación entre tu cerebro y tu intestino".

Recomienda también hablar del problema, normalizarlo y compartirlo con otras personas: "Cuando hablas con alguien de algo que te hace sentir miserable, es como sacarte un peso de encima", asegura. Como dice el refrán: "Las penas compartidas pesan menos".

Al natural

Cada uno tiene su fórmula. Desde jugo de ciruelas a plátanos con miel o semillas de lino molidas.

Son muchos los remedios naturales usados para combatir el estreñimiento, pero antes de recurrir a productos vendidos en farmacias, es bueno recordar que muchos alimentos ya tienen propiedades ligeramente laxantes. A continuación, destacamos las propiedades de cinco de ellos.

Las ciruelas secas o su jugo han venido siendo usadas durante generaciones. Son ricas en fibra. Una ciruela seca contiene cerca de un gramo de fibra. También contienen una sustancia llamada sorbitol, un tipo de azúcar fermentable al que se atribuye su efecto laxante.

Las semillas de lino tienen un alto contenido de fibra, ácidos grasos omega 3 y ligeras propiedades laxantes que pueden ayudar a mejorar el movimiento intestinal. Una cucharadita de semillas molidas tiene dos gramos de fibra.

Basta utilizar un molinillo para moler las semillas de lino, que pueden entonces consumirse con un poco de agua o ser espolvoreadas en licuados o ensaladas.

Manzanas y bananas. Las manzanas contienen pectina, una sustancia que contribuye al funcionamiento correcto de los intestinos. Las bananas, por su parte, tienen un alto contenido de fibra. Una pieza aporta cerca del 10% de la cantidad diaria recomendada.

Los vegetales verdes como la col rizada, las endivias y la espinaca son una buena fuente de fibra y de aceites grasos Omega 3, que ayudan al movimiento de los intestinos; además, tienen un alto contenido de magnesio, que tiene propiedades laxantes.

El consumo de café promueve el movimiento del intestino en algunas personas. Y el efecto puede producirse en cuestión de minutos. Sin embargo, no es ideal depender del café para corregir el estreñimiento, ya que la cafeína puede dificultar que el organismo establezca un ritmo natural.

Finalmente, es necesario consumir suficiente agua. La cantidad recomendada es dos litros al día.

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