En un mundo cada vez más saturado de ruidos y estímulos, la sonoterapia emerge como un oasis de paz y bienestar. Este método, que utiliza el sonido para activar los canales energéticos a través de frecuencias puras, ha sido perfeccionado a lo largo de 20 años de investigación por la pianista, compositora e investigadora argentina Silvina Mazzola.
Su enfoque no solo busca aliviar trastornos como el insomnio y la ansiedad crónica, sino también proporcionar una relajación profunda, sensación de bienestar, y apoyo en momentos de crisis incluso en la prevención de la depresión
Mazzola comenzó su recorrido en el ámbito de la sonoterapia tras especializarse en el estudio de la contaminación sonora.
Durante sus investigaciones observó que si el sonido tiene el poder de enfermar, también podría ser utilizado para sanar.
“Poder observar cómo el sonido nos afecta a nivel mental, emocional, físico y energético […] muchos casos las personas están enfermas por el ruido, enfermas por sonidos sin convenientes, entonces el poder comprender eso implica darle la entidad que corresponde al sonido, darle la importancia que tiene y en ese caso poderlo utilizarlo a favor”.
El método que ha desarrollado se basa en la creación de protocolos específicos con instrumentos que inducen estados de bienestar duraderos en las personas.
“A partir de esos protocolos con instrumentos se crea estados de bienestar duraderos en las personas realmente”.
Una de las aplicaciones más importantes de la sensibilización sonora es su capacidad para ayudar a las personas en la lucha contra la depresión.
Según Mazzola, el sonido puede sacar a las personas de la “trampa mental” en la que a menudo caen.
“El escuchar una linda música, un sonido agradable. Recibir el sonido en el cuerpo la persona vuelve a este plano y sale de todos sus fantasmas mentales […] ayuda a las personas a que no entre en su trampa mental”, comenta subrayando que esta técnica ayuda a las personas a mantenerse presentes y evitar caer en pensamientos negativos.
Las sesiones de sonoterapia de Mazzola están diseñadas para ser altamente personalizadas. Cada sesión, que dura entre una hora y una hora y cuarto, incluye tanto el tratamiento sonoro como una conversación inicial para comprender el estado de ánimo y las necesidades específicas del paciente.
“Todos vibramos, nuestros órganos vibran, entonces constantemente generamos algo que se llama campo electromagnético, entonces cuando voz aplicas el sonido, voz vas leyendo ese campo electromagnético. Entrando en el campo electromagnético recibo un montón de información”.
Silvina Mazzola, nacida en Argentina, ha encontrado un terreno fértil para su trabajo en México, donde ha trabajado con psiquiatras, psicólogos y médicos que buscan complementar sus terapias con el poder del sonido.
A través de su cuenta de Instagram, Sensibilización Sonora, Mazzola comparte testimonios y detalles sobre su trabajo, invitando a las personas a explorar esta forma de terapia sin miedo.
“No le tengan miedo a sentir”, exhorta, recordando que el sonido puede ser un camino poderoso hacia la sanación y el bienestar.
Este enfoque de la sonoterapia y la sensibilización sonora ofrece una nueva perspectiva sobre cómo la música y el sonido pueden ser herramientas no solo de entretenimiento, sino también de curación profunda, accesible para todos aquellos que buscan una vía alternativa hacia la salud mental y emocional.
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