Reconoce aportación fílmica

Tomando como punto de partida la actividad fílmica del cineasta español Luis Buñuel, el Instituto Cultural de Aguascalientes presentó una charla en línea sobre aspectos que lo llevaron a convertirse en una de las figuras más sobresalientes de la escena fílmica mexicana. 

“Buñuel llega a México en 1946 y se inserta en una cinematografía que va tomando rumbo hacia lo que será su mejor gran época, siempre incómodo, a veces incomprendido y a veces atacado por hablar en un tono distinto”, mencionó Iván Humberto Ávila Dueñas, quien estuvo a cargo del encuentro virtual.  

Añadió: “Casi desconocido y en contra de los valores que el cine nacional solía defender, el progreso, la religión, la burguesía, la madre, el machismo, los valores morales, el nacionalismo, etcétera”. 

Creaciones  

Otro de los temas abordados fue el inicio del cineasta en el mundo del surrealismo y como, de la mano de otros grandes representantes de esta corriente artística, logró iniciar una carrera relevante, la cual no estuvo alejada de la polémica. 

“En 1929, financiado por su madre, filmó ‘El Perro Andaluz’, al lado de Salvador Dalí, bajo una regla simple, no aceptar idea ni imagen alguna que pudiera dar lugar a una explicación racional, psicológica o cultural (...) Esta terminaría por ser una de las obras fundamentales del cine como arte y que lo introdujo de lleno a una de las vanguardias más significativas del siglo XX, el movimiento surrealista”, señaló el expositor. 

Años después de iniciar la producción cinematográfica, Buñuel llega a México, lugar donde se encuentra con ciertas dificultades, que a la larga le sirvieron para establecer su estilo y visión audiovisual en suelo azteca. 

Continuó: “Cuando Buñuel está a punto de llegar a México, unos de los títulos de mayor resonancia eran ‘María Candelaria’ de Emilio ‘El Indio’ Fernández y ‘Distinto Amanecer’ de Julio Bracho, a pesar de su prestigio internacional, Buñuel navegará siempre entre el cine personal y el cine de oficio o de pretensiones comerciales. A ojos del mexicano promedio y de la mayoría de los productores, la incomodidad quizá fue la característica que lo definiría”.