Ha pasado inadvertido otro aniversario que debería también de generar, por lo menos, algún interés de parte de los mexicanos de hogaño, toda vez que su obra ha trascendido hasta nuestros días. Se hace referencia a que este 18 de julio también se conmemora un aniversario luctuoso del autor musical del Himno Nacional Mexicano: Jaime Nunó Roca.
En realidad, su nombre correcto es Jaume Nunó i Roca, ya que era oriundo de Cataluña, España. Y más específicamente, de San Juan de las Abadesas, Provincia de Gerona; en donde cada año los residentes mexicanos de la Generalitat de Catalunya se dan cita el 15 de septiembre para celebrar el Grito y cantar el Himno Nacional, autoría de Nunó y de Francisco González Bocanegra. Bueno, pues Nunó nació en dicha localidad el 8 de septiembre de 1824.
Don Jaime llegó a México por su amistad con Antonio López de Santa Anna, a quien conoció en Cuba. El militar ocupó por última vez la Presidencia de México del 20 de abril de 1853 al 12 de agosto de 1855. En dicho periodo, invitó a Nunó para encabezar las bandas militares, sabedor de la considerable experiencia que tenía el catalán en este rubro. A su llegada a nuestro país, entérase del concurso que el Gobierno había convocado para que (por fin) México tuviese un cántico patriótico representativo. Solo tuvo que esperar a que quedase lista la letra. El 12 de agosto de 1854 Nunó fue declarado triunfador (en realidad el ganador fue el italiano Giovanni Bottesini, pero la música a nadie gustó, así que se fueron por Don Jaime) por un jurado integrado por el musicólogo español José Antonio Gómez, el maestro Agustín Balderas y el compositor y pianista Tomás León Ortega. Fueron 26 los competidores en total.
Con el colapso del santannismo en 1855, merced a la Revolución de Ayutla, Jaume Nunó abandonó el país, estableciéndose en Estados Unidos, en donde moriría, a los 83 años, en la Ciudad de Nueva York precisamente el 18 de julio de 1908. En realidad, el autor musical de nuestro Himno vendría a México un par de veces más, invitado por el Gobierno de Porfirio Díaz, quien lo homenajeó en 1901 y 1904. Finalmente, en 1942, más de tres décadas después de su muerte, el entonces Presidente, Manuel Ávila Camacho, llevó a cabo los trámites pertinentes y los restos de Jaume Nunó i Roca fueron exhumados y trasladados a la Ciudad de México, reposando desde entonces, junto a los de Francisco González Bocanegra, en la Rotonda de las Personas Ilustres.
Esta es una breve historia del catalán que compuso la música del Himno Nacional Mexicano.
Por cierto, nunca le pagaron el premio del concurso.
Con información de EL MUNDO
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