Todo libro deja huella en el lector y, sin duda, unos de los más impactantes son los que instruyen y refuerzan el conocimiento académico como los que edita la Secretaría de Educación Pública, cuya influencia en el aprendizaje y la nostalgia ha convertido a los conocidos como ‘libros de la SEP’ en una joya de la vida escolar.
Desde las ilustraciones más básicas hasta las que visten los poemas y cuentos, estas creaciones tienen un origen y un porqué, incógnitas que pocas veces son despejadas por sus propios autores; por ello, Galería contactó al maestro y pintor Israel Barrón, quien forma parte de los ilustradores de la nueva edición de los libros de lecturas de cuarto, quinto y sexto de primaria.
Inicios
De la pintura a la ilustración, así ha sido parte del camino artístico de Israel Barrón, quien inició éste en Xalapa, donde realizó diseños para carteles del IVEC, así como para el despacho Formato Libre, donde vistió campañas publicitarias que lo llevaron al mundo virtual para promocionar su obra, misma que llamó la atención de una primera editorial.
“Tenía una especie de amor-odio con las ilustraciones porque no sentía que era mi trabajo, era una disciplina que exige cierto tiempo y quería ocuparlo para otras cosas” -relató el artista- “Casi por accidente, el Fondo de Cultura Económica descubrió mi trabajo, me mandaron un correo y fue como me invitaron propiamente para trabajar un libro”.
Así llegó a ‘El cuaderno de las pesadillas’ de Ricardo Chávez Castañeda, al cual le dio vida, aunque con “mucho trabajo” pues la interpretación metafórica contrastaba con su obra, definida por él mismo como ‘lúdica’ y que ‘tiende a coquetear con el mundo infantil’. Con el éxito de la publicación, llegó una invitación más, ahora de la SEP, para el libro de Español de Segundo Grado.
“Fue un trabajo maratónico porque hay que hacer muchísimas imágenes, también hacerlas a contrarreloj porque el calendario de la SEP, para la entrega de los libros, lo tienen reducido y una vez que se tienen los contenidos, hay que trabajarlo lo más rápido que se pueda y salga en el calendario de clases”, detalló.
Descubrimiento
De acuerdo con Barrón, la invitación le brindó la oportunidad de descubrir el mundo detrás de las ilustraciones literarias de esta índole, además de llegar a la más reciente colaboración, la cual se caracteriza por vestir textos poéticos, cuentos y narraciones, incluso de autores de su predilección.
“Aquí son ilustraciones más pictóricas, acompañan textos que son literarios, no técnicos, sino más de un gozo estético y fue un trabajo que se sacó relativamente rápido, fueron menos ilustraciones, pero de un tipo más complejo”, explicó el artista.
Señaló que la labor tiene un “doble compromiso”, pues además de acompañar a sus escritores favoritos y evitar las deficiencias, el público objetivo, en este caso los niños, debe facilitar la interpretación a través de estas metáforas visuales, por lo que, explicó, la propia editorial le da la oportunidad de bocetar, analizar y mejorar sus propuestas para lograr la conexión entre la imagen y el lector.
“Afortunadamente en el caso de los libros de la SEP tuve menos problemas que en otros libros que me han costado más trabajo (…) Como estuvimos trabajando a contrarreloj, no había mucho chance de estar experimentando. Había que pintar todo eso y teníamos un periodo de espacio relativamente corto y afortunadamente se logró, los libros salieron en el momento que se habían anunciado que iban a salir”, comentó.
Las nuevas ediciones de los libros de lecturas de la SEP forman parte de las novedades de la nueva administración gubernamental, que ha permitido -a través de convocatorias- abrirle caminos a los creadores nacionales y sus equipos, logrando así una transformación en las publicaciones y dejando una nueva huella, puesto que generaciones anteriores tuvieron una misma línea visual.
“Los libros que nos tocaron, prácticamente no se habían movido en mucho tiempo. Me gustaría que los libros que ilustré duraran un poco más (…) Hacerlos cuesta muchísimo y cada libro de cada materia se imprimen un par de millones. Ya veremos cuanta vida le dan a estos y, lo que dure, fue una suerte y un enorme halago que el trabajo terminara en un producto de este tipo”, afirmó.
Proyectos
La pandemia afectó al artista -originario de Hidalgo y radicado desde hace 25 años en Veracruz- hasta cierto punto. Al principio de esta tuvo un receso de actividades que posteriormente se incrementaron a través de llamados editoriales. Actualmente, se encuentra en espera de publicación de dos libros italianos, además de dos más para autores internacionales.
“Estoy terminando dos más, uno para Ediciones El naranjo de Antonio Orlando Rodríguez, un gran escritor cubano, y para Luisa Noguera, una escritora colombiana que fue mi editora en Editorial Panamericana y que va a publicar con ellos un libro personal”, destacó Barrón, quien alista otros dos proyectos con Toño Malpica y el Fondo de Cultura Económica.
Sin embargo, la tensión por la pandemia sigue vigente y aunque si bien estará ocupado por el resto del 2020, las editoriales aun resisten a la onda expansiva del efecto económico, como detalló: “Vamos a cruzar los dedos y que esta cosa pase lo más pronto posible”, finalizó.
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