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Mejoran la sustentabilidad

Biopolímeros, reemplazos ideales al plástico

Mejoran la sustentabilidad
México | 2020-11-17 |
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Cada día, encontramos nuevas propuestas que hacen frente al problema del plástico. Una de ellas es la generación de materiales que sean biodegradables y eviten generar una mayor contaminación. Todos ellos provienen de fuentes vegetales. De esta manera, se busca utilizar materias primas que proporcione la misma naturaleza, para generar productos desde una perspectiva respetuosa con el planeta.

Un análisis del sitio web Cultura Científica define a los biopolímeros como macromoléculas orgánicas cuya degradación es mucho más velos que la de los plásticos derivados del petróleo; por ello, algunas plantas y microorganismos pueden ser polimerizadas en bioplásticos por medio de, por ejemplo, su ácido láctico.

Así, la materia primera e insumos de origen orgánico, las temperaturas necesarias para su producción y la adición de fibras naturales, definen y diferencian a los biopolímeros, los cuales, además, se fabrican a partir de desechos -y no de cultivos- que se den en la región, apunta el sitio.

A continuación, compartimos 4 potenciales reemplazos del plástico que, definitivamente, llegaron para quedarse y algunos incluso los encuentras en tu propia cocina.

CAROZO DE AGUACATE

Como objetivo de un proyecto universitario, el mexicano Scott Munguía creó una alternativa al plástico de un solo uso utilizando huesos de aguacates. Mientras que el plástico puede demorar cientos de años en degradarse, este material lo hace de manera natural en aproximadamente 8 meses.

Así, esta fruta contiene dentro de sí una potencial materia prima para reemplazar al plástico. Con ella pueden producirse elementos como cubiertos, servilletas y sorbetes. Podría ser la solución al impacto que generan los desechos derivados, por ejemplo, de eventos, en los que es habitual utilizar vajilla descartable.

PIEL DE TOMATE

Investigadores de las universidades españolas de Málaga y Sevilla crearon un bioplástico a partir de la piel del tomate. Se trata de un producto biodegradable y de una durabilidad similar a la de la misma piel de esta fruta. Al desecharse, vuelve a reincorporarse a la tierra y no causa daños al ecosistema. Se trata de una alternativa no tóxica e ideal para el empaque de alimentos.

De acuerdo con Muy Interesante, los científicos tomaron como referencia el componente principal de la epidermis de la piel de este fruto, un biopoliéster denominado cutina que constituye la matriz de la capa cuticular que recubre la superficie de las hojas, tallos no lignificados y frutos de las plantas superiores.

La función principal de este biopolímero es preservar la pérdida de agua desde el interior celular y actuar como interfase entre la planta y el medio externo.


BAMBÚ

El bambú se ha convertido en una de las alternativas más populares y nobles para con el ambiente. Es que este material es muy versátil y resistente, pudiendo fabricarse con él desde cepillos de dientes hasta textiles.

Funciona como un reemplazo de las fibras sintéticas, cuyos residuos contaminan el planeta. El bambú es, incluso, usado en la construcción de casas y como un aislante térmico. En palabras del arquitecto Armando Güitrón para Galería (octubre, 2020) el bambú es una planta ‘que se adapta muy fácil’ y es material recurrente en la bioconstrucción.

Esto se debe a que tiene una alta resistencia a la humedad y brinda un enorme abanico de posibilidades a la hora de contemplarlo como materia prima.

ALMIDÓN DE PAPA

Con este material extraído de las papas o patatas, se pueden fabricar productos como bolsas para las compras. Al igual que los demás materiales, se puede compostar y demora aproximadamente 4 semanas en biodegradarse.

Un estudio del Instituto Mexicano Madero resalta que la papa está compuesta por un 20% de almidón aproximadamente, el cual es un polímero que, al someterse a diferentes cambios de temperatura y acidez, adquiere propiedades similares a las de una bolsa de plástico cotidiana.

Por ello, es considerado bioplástico y su tiempo de degradación se reduce de forma significativa a diferencia de aquellos producidos con combustibles fósiles; además, su consistencia variará con respecto a la proporción de los materiales implementados.

Por su parte, un profesor de la Universidad de Leeds, Jurgen Denecke, elaboró un estudio basado en la fermentación del almidón de patata para obtener una resina compuesta. Así, ha colaborado con diseñadores para crear objetos como anteojos y demás accesorios a partir de esta resina. 

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