Ignacio López Tarso presenta ‘El canto del cisne’

Veracruz | 2021-03-05 |

Son alrededor de 8 décadas las que el Primer actor, don Ignacio López Tarso, lleva puestas sobre el escenario; toda una vida en el cine, la televisión y el teatro. Y hoy, a sus 96 años, ni siquiera la pandemia le ha impedido mantenerse firme y vigente sobre el tablado, pero ahora de manera virtual con la representación de la puesta ‘El canto del cisne’ de Antón Chéjov.

Así lo dio a conocer para el público de IMAGEN, en compañía de Juan Ignacio Aranda, hijo y compañero de batallas escénicas del gran actor mexicano, quien por cierto recuerda con cariño su estancia en el puerto de Veracruz.

-Don Ignacio, ¿qué lo motivó a representar este clásico?

-Es una bella obra, una magnífica obra corta de un gran autor, es como una pequeña obra de arte. Es un lindo texto de Antón Chéjov, tiene mucha sustancia.

-¿Qué hay de usted en su personaje, existen similitudes para poderlo interpretar?

- Similitudes con el personaje hay que buscarlas mucho, todos los personajes tienen que ver algo contigo, si no, sería muy difícil interpretarlos. Es complicado cuando hay personajes que no tienen ninguna relación contigo.

Este personaje es un actor viejo, seguramente a punto de morirse, por eso lo compara Chejov con el cisne. Está basado en aquella leyenda que dice que el cisne nunca canta, solo cuando va a morir. Entonces, emite un sonido agradable que parece un canto, pero en realidad es una despedida, de modo que sí tenemos semejanza.

-Y retomar el escenario al lado de su hijo, ¿es significativo?

-Me gusta mucho trabajar con Juan Ignacio. Ya hemos hecho muchas cosas en teatro, desde hace muchos años, principalmente en teatro. Me sorprende cómo se adaptó a las nuevas formas de hacer teatro a través del streaming, ni la pandemia lo detiene.

Sí, fue un buen descubrimiento ahora que están cerrados los teatros, es muy oportuno. No teníamos ninguna manera de comunicarnos con el público y salió la oportunidad de este streaming, de hacer teatro virtual, en línea e inmediatamente lo adaptamos Juan Ignacio y yo.

Esta es la quinta obra que realizamos por este sistema. Ya hicimos ‘Leonardo y la máquina para volar’, después una adaptación de ‘El Quijote’, ‘Macario’, un escrito sobre Melvill en Mazatlán y ahora esta de Antón Chéjov.

Al principio este sistema me pareció muy raro, muy extraño pero, así es la tecnología moderna… sin ver al público. Bueno, vamos a tener la oportunidad de platicar con el público después de las funciones que serán el próximo 5 y 6 de marzo a las 8 de la noche, ahí el público estará presente en imagen, para platicar y cambiar impresiones, vamos a escuchar sus preguntas y tratar de contestarlas.

El 7 de marzo, que es domingo, vamos a presentar una función a la 1 de la tarde y la vamos a dedicar a la Casa del Actor, de la ANDA.

-Es interesante su solidaridad con el gremio…

- La Casa del Actor tiene problemas con el sindicato de la ANDA, con el Comité Ejecutivo, tiene problemas económicos y de muchos tipos que deberá resolver su Secretario General, Jesús Ochoa.

-Sí, hemos visto que la están pasando difícil…

- Ya es tiempo que el secretario y el comité solucionen estos problemas. Ya tiene mucho tiempo que los actores que habitan la Casa del actor están quejándose que no tienen lo suficiente para vivir, que no les da para comer, que no tienen para sus gastos personales, que deberían tener por medio del comité ejecutivo de la ANDA, encabezado por “Chucho” Ochoa, que es el único y directo responsable del asunto.

- ¿Algo que le quiera decir al público de Veracruz?

Me gusta mucho Veracruz, de chamaco viví en el Puerto, me la pasaba en Villa del Mar y ahí aprendí a nadar. Ahí pasé un tiempo muy agradable, luego pasó una desgracia con mi padre y tuvo que irse de rebelde a la sierra. Lo agarraron, lo iban a fusilar y se salvó de milagro. Luego ya nos fuimos a Navojoa, un pueblo en el estado de Sonora.

Pero bueno, he ido muchas veces a Veracruz, me gusta muchísimo. Voy al Hotel Emporio y me dan una habitación con vista al muelle, ahí me la paso viendo las entradas y salidas de los barcos, me queda cerca la Parroquia.

Así, don Ignacio continúa rememorando con una sonrisa franca y nostálgica, los momentos de su infancia en el Puerto de Veracruz, con las visitas a Villa del Mar mientras su padre trabajaba.

Además, menciona su trabajo como inspector de pesca y el trato amistoso con los pescadores y por supuesto, su trabajo como primer actor en el escenario del emblemático teatro Francisco J. Clavijero: “En el Teatro Clavijero trabajé muchas veces, es un teatro muy bonito, me gustaría volver pronto”, puntualizó.