Con bolsillos profundos y el deseo de sacar ventaja, los ejércitos del mundo a menudo han impulsado la innovación tecnológica, desde lo más moderno hasta lo más sencillo.
Un ejemplo es la cinta adhesiva, el resultado de una sugerencia de un trabajador de una fábrica de artillería de Illinois que tuvo hijos que sirvieron en la marina durante la Segunda Guerra Mundial.
Preocupado por los soldados bajo fuego que tenían que manipular la endeble cinta de papel que se usaba para sellar las cajas de municiones, a Vesta Stoudt se le ocurrió una solución: una cinta de tela impermeable.
Iniciativa
Y si la necesidad militar puede darnos una mejor cinta adhesiva, ¿qué más es capaz de hacer? Al anunciar una nueva iniciativa en 2014, el entonces presidente Barack Obama les dijo a los periodistas: "Básicamente, estoy aquí para anunciar que estamos construyendo a Iron Man".
Hubo risas, pero hablaba en serio: el ejército estadounidense ya había comenzado a trabajar en el desarrollo de un traje protector, conocido como Traje de Operador Ligero de Asalto Táctico (Talos).
Un video promocional similar a un videojuego mostraba a un usuario irrumpiendo en una celda enemiga mientras las balas rebotaban en la armadura.
Iron Man no llegó a ser: cinco años después, la iniciativa terminó. Pero los fabricantes esperan que los componentes individuales del traje tendrán otros usos.
Los exoesqueletos son solo una de las tecnologías prometedoras que los ejércitos están explorando para mejorar sus soldados. Esta ambición no es nada nueva: desde la antigüedad, las tropas se han estado reforzando gracias a avances en armamento, equipo y entrenamiento. Pero hoy estamos hablando de mucho más que simplemente darle a un soldado una mejor arma. Podría significar alterar al mismo soldado.
Ambición vs realidad
Tener un supersoldado en sus filas es una perspectiva tentadora para los militares: imagina un soldado que pueda soportar el dolor, el frío extremo o la falta de sueño.
Pero como muestran los intentos estadounidenses por construir a ‘Iron Man’, los límites de la tecnología pueden arrastrar la ambición por tierra. Un documento de 2019 de dos académicos estadounidenses, sin embargo, afirma que el ejército de China ha estado "explorando activamente" técnicas como la edición de genes, los exoesqueletos y la colaboración entre humanos y máquinas.
El informe se basó principalmente en comentarios de estrategas militares chinos.
Y una de las autoras, Elsa Kania, se mostró escéptica con los comentarios de Ratcliffe.
"Es importante comprender lo que el ejército chino está discutiendo y aspirando a actualizar, pero también reconocer la distancia entre esas ambiciones y la realidad de dónde está la tecnología en este momento", dijo Kania, investigadora principal del Centro para una Nueva Seguridad Americana.
"Si bien los ejércitos de todo el mundo pueden tener mucho interés en la posibilidad de supersoldados (...) al final del día, lo que es factible dentro de la ciencia impone una restricción a cualquier actor que esté tratando de empujar las fronteras", agregó.
Por ejemplo, Ratcliffe mencionaba pruebas en adultos. Pero si bien algunas de sus características podrían alterarse mediante la edición de genes, cambiar el ADN de embriones ofrecería una de las rutas más plausibles hacia un "supersoldado".
Y para la Dra. Helen O'Neill, genetista molecular del University College London, la pregunta es si los científicos estarían dispuestos a usar esa tecnología, en lugar de si la misma existe.
"Esas tecnologías -de edición del genoma y su combinación con reproducción asistida- se están convirtiendo en prácticas de rutina en transgénicos y agricultura. Es solo la combinación de los dos para su uso en humanos lo que se considera poco ético en este momento", dijo.
Ventajas
Un reportaje de 2017 de The Guardian dijo que una agencia militar estadounidense estaba invirtiendo decenas de millones en tecnología de extinción genética que podría acabar con las especies invasoras, algo que los expertos de la ONU advirtieron que podría tener aplicaciones militares.
Y China y EE. UU. no son los únicos países que buscan una ventaja: las fuerzas armadas de Francia han recibido aprobación para desarrollar "soldados mejorados" y ya hay un informe que establece los límites éticos de la investigación.
Es posible que el Capitán América aún no esté a la vuelta de la esquina, pero siempre existe la posibilidad de un desarrollo sorpresa.
La Dra. O'Neill, advierte que China ya ha avanzado en la investigación genética y otros países se han puesto en desventaja: "Creo que hemos perdido el tiempo en argumentos éticos, en lugar de centrarnos en la realidad del aquí y el ahora", dice.
"Se gasta demasiada energía en la especulación y la distopía, y se debe dedicar mucha más energía en riesgos reales y en aplicar la tecnología para entenderla mejor, porque se hará en otra parte y ya se hace en otra parte. Y es solo con más investigación que entenderemos dónde las cosas pueden salir mal", concluye.
Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto | Aviso de Privacidad
Reservados todos los derechos 2024 |