Dentro de la creación literaria de Veracruz, cada vez surgen más propuestas en las que el talento de escritores emergentes puede compartirse con los amantes de los libros, tal es el caso de la autora Nancy Hernández García, quien presentó el poemario ‘Mi nombre en el agua’, a través de las redes sociales del Ágora de la Ciudad de Xalapa.
“Es un poemario compuesto de varias instantáneas, son varios poemas breves que tienden más como a mostrar, no tanto una trama, sino una escena, creo que tiene que ver que son poemas que son escritos a partir de la ausencia”, mencionó la licenciada en Letras Brianda Pineda, quien fue la encargada de presentar el libro durante una transmisión en línea.
Añadió: “Como cuando algo ya ocurrió y está siendo invocado y se quiere como recordar, pero tampoco basta su invocación, es un poemario sobre la pérdida, en este caso, una pérdida erótica, amorosa”.
Temática
En la charla virtual, donde también participaron el escritor Maximiliano Sausa; Gustavo Vega, director del Ágora de la Ciudad y la autora, se abordó el contenido de las obras que integran esta propuesta literaria, misma que tiene al erotismo como uno de sus ingredientes principales, según detalló Pineda.
“Hay un punto donde no le basta con esa nostalgia, no le basta tampoco con esa invocación; es incluso uno de estos ejercicios poéticos que parten de lo que no se puede decir, lo que la poesía no puede atrapar porque está tal vez en la experiencia y no tanto en la poesía”, dijo.
Labor
Por otra parte, Hernández García aseguró que su labor literaria fue un descubrimiento reciente pues, motivada por su afición a la poesía, buscó el camino para que sus necesidades artísticas salieran a flote.
“Yo nunca me propuse ser escritora como tal porque había gente que entraba a la Facultad con esa idea muy fija; es decir, iban a Filosofía y Letras para ser escritores. Yo entré más bien, un poco por querer estudiar la poesía de Bécquer, eso a su vez era una necesidad metafísica, ninguna otra carrera me gustaba y como que en Letras era donde yo sentía que encajaba muy bien”, señaló.
Agregó: “Por la relación tan cercana que yo tuve con mi abuelo y que a él le gustaba mucho la poesía, sobre todo la de Amado Nervo, fue lo que me orilló un poco a la literatura. De los poemas de Nervo me brinqué a los de Bécquer y de ahí llegué a la literatura mexicana del siglo XX… fue un camino un poco raro”, relató.
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