Detallan cosmogonías oaxaqueñas

En el marco de los 33 años del nombramiento de la zona arqueológica Monte Albán y el Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca como Patrimonio Cultural de la humanidad, se realizan actividades artísticas y culturales, mismas que se comparten mediante redes sociales. 

Una de estas propuestas es la exposición fotográfica ‘Trascender la vida. Representaciones y discursos alrededor de la muerte en los Valles Centrales de Oaxaca’, en la que la antropóloga Ana Cecilia Núñez Matadamas, junto a Eduardo Raymundo López, detalla las concepciones de la muerte cuyas raíces prehispánicas involucran diversas creencias y tradiciones de la cultura zapoteca. 

“En las antiguas cosmogonías mesoamericanas se creía que en las personas residían distintas entidades que daban al cuerpo vida, calor y movimiento, eran cualidades que se adquirían al momento del nacimiento y al morir, dices entidades viajaban el lugar de la muerte”, relata la antropóloga en el video de dicha exposición. 

Mitos

De esta forma, se muestran diversas imágenes que representan todos aquellos aspectos relacionados con el desarrollo de la región en torno a la muerte y el actuar de sus habitantes. 

“El mito cuenta que el Llano de Palmas es un lugar que está entre San Lorenzo Albarradas y el camino a San Juan Santana del Río, ahí existió una laguna en un tiempo primigenio, cuando no había una luz, no había sol y la tierra era blanda; ahí vivía una gran serpiente que se alimentaba de los peces, al salir el sol los peces se convirtieron en las palmeras y la serpiente en una gran piedra negra”, relató Núñez Matadamas. 

Además de estos mitos se tienen algunas leyendas, pues los acontecimientos de décadas atrás también han contribuido a la creación de diversas leyendas que hoy forman parte de las prácticas cotidianas del lugar. 

“Por último, la Cruz del Muerto Olvidado es una cruz que se encuentra al centro del panteón de San Miguel, en la ciudad de Oaxaca, este lugar, tras varias epidemias que asolaron a la ciudad de Oaxaca y en el temblor de 1931, sucesos que hicieron estragos en el lugar, al quedar los cuerpos descubiertos fueron llevados a una fosa común y después de ser parcialmente incinerados se les colocó esta cruz en homenaje a estos difuntos sin nombre”, mencionó.