Boda

Todo estaba exquisitamente organizado. Seis meses habían sido suficientes para determinar cada detalle. Los padres de la novia desbordaban de emoción. Su hija se casaba y ellos henchidos de orgullo se jactaban en haber previsto cada detalle.

 Preparativos de la unión religiosa, banquete, invitados especiales y otros complementarios disfrutarían de un evento único, se hablarían por meses de tal acontecimiento.

De manera especial les complacía el escenario de la ceremonia civil y la recepción Un hermoso sitio campirano a la orilla de un lago.

El día había llegado...y solo faltaba contar los obsequios de recuerdo al finalizar la gran fiesta.

Estos constaban de unos grabados  originales, creación del  afamado creador visual Víctor Ortega y la estampa era de unos cisnes.

La sorpresa para los novios era haber traído desde Dinamarca un hermoso par de cisnes, tan blancos como el claro de la luna, una pareja singular.

La boda empezó a realizarse conforme a lo planeado. Novios, padres de los mismos, padrinos, damas de la corte nupcial e invitados, elegantemente vestidos, después del enlace religioso se disponían a escuchar la ceremonia civil, cada quien buscaba su sitio.

Los novios no llegaban a ocupar sus sitios, el juez ya esperaba, y los padres de la novia se inquietaron.

Decidieron con impaciencia acercarse a la galería de habitaciones del receptáculo campirano donde iba a tener lugar tan esperado suceso...afuera los invitados admiraban la suntuosidad del escenario y varios de ellos depararon en los cisnes...de repente empezó a escucharse el canto lastimero de uno de ellos...

Los padres entraron a una de las salas y presenciaron impávidos una terrible pelea entre los contrayentes...Te lo dije...espetó el novio a José Ignacio no lo dejaré nunca...lo amo...y ella se lanzó furiosa sobre él...a manera de sobresalto violento, el tomo su cuello y lo apretó con fuerza...Suéltala gritaron los padres desesperados...tarde fue...cayó al piso rasgando su fino atuendo...afuera el cisne macho agonizaba...solo su fuerte canto impidió a los presentes saber lo sucedido en la intimidad de una fallida boda.