PRIMERA PARTE
El mundo está en una encrucijada energética: depender de los combustibles fósiles es cada vez más insostenible. Los precios del petróleo y el gas se han disparado en los últimos dos años, y con ellos los costes de la producción eléctrica y la factura de la luz.
El calentamiento global avanza y los países parecen incapaces de cumplir con los objetivos de emisiones. Y, por si fuera poco, la guerra de Ucrania ha evidenciado la vulnerabilidad energética de Europa por su alta dependencia del gas ruso.
"Ha llegado el momento del renacimiento nuclear", afirmó recientemente el presidente francés, Emmanuel Macron.
Como Macron -que cinco años antes había prometido reducir en un tercio la generación atómica en Francia- muchos han cambiado su postura sobre la energía nuclear, denostada desde el accidente de Fukushima en 2011.
"Se está observando un cambio de posición frente a la energía atómica en todo el mundo, aunque se ha intensificado el último año con la subida del precio del gas, y la crisis actual ha sido la puntilla", le explica a BBC Mundo el divulgador de ciencia y tecnología nuclear español Alfredo García.
Sustitución
¿Puede sustituir al gas, el petróleo y el carbón? "Lamentablemente ha tenido que ser una guerra la que ponga en evidencia que no podemos depender tanto de los combustibles fósiles", sentencia García.
Estos aún generan al menos dos tercios de la energía eléctrica y de las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo, según diferentes estudios de organizaciones internacionales.
La contaminación del aire por la quema de combustibles fósiles causó 8 millones de muertes en 2018, 1 de cada 5 decesos en todo el mundo, según un estudio de la Universidad de Harvard.
Con el ritmo de producción actual se prevé que las emisiones aumenten un 14% esta década, echando por tierra los objetivos del Acuerdo de París de 2015 de reducir el aumento de temperatura global a 1,5 ºC para finales de siglo.
Así que, si hay algo en lo que todos coinciden, es en la necesidad de un modelo de producción eléctrica que no dependa de los combustibles fósiles. Y hay dos opciones disponibles: la nuclear y las renovables. Greenpeace cree que es posible prescindir tanto de las energías fósiles como de la atómica.
"Adoptar un modelo energético 100% renovable y eficiente es técnicamente posible, económicamente viable y sostenible", asegura Meritxell Bennasar, responsable de Energía y Cambio Climático de Greenpeace España.
Capacidades
Sin embargo, los defensores de la energía nuclear ponen en duda que esto sea factible: las renovables tienen una capacidad de generación limitada, requieren grandes cantidades de espacio y materiales, y dependen de las condiciones climatológicas para alimentar la red.
Por eso creen que lo más realista es aumentar tanto la producción atómica como de renovables para acabar reduciendo a cero las de carbón, gas y petróleo.
Esto no ocurriría de la noche a la mañana: solo construir una central nuclear y ponerla en funcionamiento suele llevar entre 5 y 10 años.
"Cambiar un modelo energético no es sencillo ni rápido y el proceso debe ser gradual. La sustitución progresiva requiere electrificar varios sectores y apostar decididamente por la energía nuclear y por las energías renovables, trabajando en equipo. El coste total es difícil de cuantificar, pero el proceso lo tendríamos que realizar en menos de tres décadas", explica García.
Producción
Las centrales nucleares usan la fisión atómica para producir energía. Al dividir un átomo pesado -generalmente de uranio 235- se producen más neutrones en un efecto multiplicador, desatando en una fracción de segundo una reacción en cadena.
Esto libera neutrones, rayos gamma y grandes cantidades de energía; el intenso calor aumenta la temperatura del agua y produce vapor.
El vapor hace girar las turbinas del reactor, que activan un generador para producir electricidad y finalmente enviarla a la red.
¿Y la fusión?
La fusión consiste en liberar enormes cantidades de energía forzando la unión de los núcleos atómicos en lugar de dividirlos.
Esto es parecido a la reacción que ocurre en las estrellas, como el sol.
Muchos la consideran la solución definitiva para el suministro futuro de la humanidad, ya que apenas contamina o consume recursos y podría producir energía casi ilimitada.
Pero recrearla con éxito en la Tierra requiere de una alta tecnología que aún está en desarrollo.
Expertos creen que la fusión nuclear podría tomar protagonismo en la segunda mitad de este siglo.
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