A guisa de un ícono holandés…de Carlos Barró para Vermeer

Mucho se ha discutido de la cantidad de obras del pintor holandés Johannes Vermeer, pues el registro historiográfico tiene pocas.

En Amsterdam uno de los mejores museos del mundo el RijMuseum muestra una impresionante y cálida colección de uno de sus pintores pródigos, el  gran intimista Vermeer.

Si alguien se caracterizó por prolongar los momentos dentro de casa, sobre todo quehaceres femeninos, como bordar, verter leche o leer cartas cerca de las ventanas fue este espléndido dibujante y colorista, del siglo XVII.

Vermeer es y será el pintor exquisito de rasgos suaves y sonrisas tenues en mujeres de personalidad  aparentemente silenciosa de sensualidad insinuante, como lo es la bella obra La Mujer del arete de perla.

Carlos Barró pintor chipaneco radicado en Veracruz hace algunas décadas lo atestigua y reproduce en un significativo homenaje a este singular creador.

Barró entusiasta conocedor del  pintor rinde un homenaje a su sensibilidad e ilustra con matices cromáticos pasteles con pátina esmaltada atuendos y escenas famosos de Vermeer.

En una colección de cuadro a guisa de Vermeer, Carlos Barró departió en Van Eyck, su devoción a quien lo ha cautivado en composición visual.

Traer estos trabajos nos permite dar una nueva lectura a un hito en la plástica universal, recordado la belleza de su armonía estética  con la película homónima de La Mujer del arete de perla,  de Peter Weber basada en la novela de Tracy Chevalier y cuyo  guion es  permisible a  conocer la contrastada de vida de un pintor espléndido de vida apocada.

Barró trajo a colación la riqueza del Siglo de Oro nirlandés y con esto casi percibir la grata brisa del Delf.