En el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, integrantes de los colectivos de Familiares de Desaparecidos en Orizaba y Madres Luna en Córdoba llevaron a cabo sendas marchas para visibilizar esa problemática que no sólo sigue latente sino que va en aumento.
Araceli Salcedo Jiménez, representante de la primera agrupación, indicó que en medio de su dolor salen a pedir empatía y a reclamar el regreso de sus desaparecidos.
Podemos decir aquí que queremos justicia, queremos de vuelta a los que nos fueron arrebatados y no queremos más desapariciones”.
La madre de Fernanda Rubí, desaparecida el 7 de septiembre del 2012, indicó que esta fecha les recuerda a las autoridades que falta mucho por hacer para dar certeza y verdad a miles de familias que están pasando por esta situación.
Indicó que la sociedad debe comprender que no se trata de casos aislados, sino de una realidad que puede afectar a cualquiera y que no se debe criminalizar a los desaparecidos y a sus familias.
Destacó que la vida de todos ellos cambió de un momento a otro, y mientras el tiempo sigue su curso su dolor es el mismo que al inicio.
Señaló que varios de sus hijos cumplen ya diez años desaparecidos y a ellos el cuerpo les falla, pero su mismo dolor los empuja, les da valor y mantiene viva la esperanza de traerlos de vuelta a casa.
Fueron más de un centenar de mujeres y hombres de todas las edades quienes salieron este martes a marchar por las principales calles de Orizaba, partiendo de los límites con Río Blanco hasta el parque López, en donde hicieron el pase de lista de sus seres queridos y posteriormente hicieron una oración por ellos.
En Córdoba, Marcela Zurita, representante de Madres Luna, indicó que es necesario que la sociedad se sume para que ya no haya más desaparecidos y que esas personas que este día salieron a marchar incrementen su número.
No queremos que las personas que están en su casa o nos ven, al rato estén aquí”.
Zurita Rosas consideró que la delincuencia sigue operando bajo el amparo de las autoridades, pues de lo contrario lo pararían y no les importa la seguridad ni las personas desaparecidas, ni están en su agenda de trabajo.
Agregó que todos los días el colectivo recibe de dos a tres personas que tienen un familiar desaparecido.
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