Con todo y sus dificultades, Félix Alamilla Pérez, y muchos otros carteros en Coatzacoalcos se niegan a que desaparezca este oficio en todo el mundo.
En una bicicleta y una pequeña caja de plástico recorre casi todos los días las polvorientas, empedradas, e inaccesibles calles de villa Allende.
En esta antigua congregación, sino fuera por Félix Alamilla y su compañero no hubieran llegado miles d cartas, paquetes, o estados de cuenta del banco.
Antes de que llegará el "boom de la tecnología" con la computadora o aparecieran los correos electrónicos, este cartero entregaba mensualmente hasta 30 mil piezas.
"Cuando inicie era bastante, ya ha ido bajado bastante, entregábamos cartas de banco, de afore, entraban los papeles de los gobiernos, también mandaban carta los enamorados, ahorita es muy poco", relató.
Desde hace 19 años se sumó a laborar en el Servicio Postal Mexicano, lo que le ha permitido ganar unos cuantos pesos.
"Antes de que yo fuera cartero, yo me dedicaba a trabajar en las compañías, de velador, de cualquier cosa, porque no había más", cuenta este cartero.
El único salario que percibe Félix y su otro compañero, son las gratificaciones que reciben de la misma gente a la que le entregan sus paquetes.
"Aquí la cartereada se hace voluntario, porque no hay sueldo", confeso este vecino de la colonia Nueva Pajaritos.
Sin un salario, dijo que es muy difícil, que lleguen más personas a dedicarse a este oficio.
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