Violaciones, asesinatos y secuestros por parte de integrantes de grupos criminales y asaltos por parte de corporaciones policiacas y hasta extorsiones por parte de garroteros del ferrocarril es lo que se encuentran sufriendo los migrantes en su travesía por territorio mexicano, señalaron ciudadanos que brindan apoyo a estas personas en su paso por el municipio.
“Las cosas que cuentan los que pasan por aquí son terribles y no se puede hacer nada, porque nadie los ayuda, las policías solo les quitan lo que llevan, a veces sus mochilas completas con todas sus pertenencias”, indicaron.
Comentaron que entre los grupos de centroamericanos que han pasado por la zona, les dicen que lo peor está en Tenosique, Tabasco, y unos lugares que ellos llaman Salto de Agua y Paso de Ruedas, también en Tierra Blanca, Veracruz.
Algunos jóvenes les relataron que el 5 de octubre, en Paso de Ruedas delincuentes violaron a una joven señora y a su esposo le cortaron las manos para torturarlo y luego le cortaron la cabeza, a ella también la mataron.
Varios trataron de defenderlos, pero no pudieron, recibieron planazos, cuando pasaron por Río Blanco les enseñaron
De acuerdo con lo que les relatan, es una banda criminal la que opera en esa zona que asalta, viola y asesina a quienes caen en sus manos.
Sin embargo, lograr llegar a Veracruz no les representa que estén a salvo, pues los policías les quitan todo, a veces sus mochilas completas, la ropa que traen.
Tampoco en el ferrocarril se salvan, ya que los garroteros les piden 300 pesos a cada uno por dejarlos subir al tren, eso les dicen, supuestamente para que al pasar bajen la velocidad y ellos se puedan subir, pero no siempre es así, el convoy pasa a alta velocidad y no se alcanzan a subir, solamente los estafan y con el siguiente tren le tienen que volver a pagar a otros garroteros.
“La semana pasada pasaron unos muchachos, eran 15, nos contaron que vieron cómo mataron a una muchacha, primero la violaron y luego la estrangularon, pero hay muchachos a los que también secuestran, les quitan sus teléfonos y con ellos les hablan a sus familiares y les piden dinero por liberarlos”, relataron.
Esos relatos de horror, comentan, con reciente y viejos, pues hace dos años pasó por Río Blanco una muchacha de Guatemala con un joven de Honduras, no eran nada, solo se hicieron compañía.
Hace unos días esa misma joven volvió a pasar, les contó que en el viaje anterior se encontraron con otros migrantes que iban drogados, también de Honduras, ellos mataron al muchacho, “lo cortaron, hicieron una masacre fea delante de ella”.
Como pudo, dijo, logró recuperar el celular de su amigo y le habló a la familia para contarles lo que había pasado, pero ellos le echaron la culpa a ella.
Los asaltos por parte de elementos policiacos son constantes, algunos de quienes pasan les cuentan que policías de Orizaba les quitaron todo, otros que en Río Blanco, ahí por el puente amarillo que pusieron.
“Es un viaje muy peligroso, ellos lo saben, pero se van porque en sus países no hay trabajo, nada, quieren llegar a Estados Unidos o quedarse al menos en la frontera y conseguir trabajo para mandar dinero a sus familias, pero hay quienes no llegan”.
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