"Sobreviví, pero el objetivo era matarme", relató María Elena Ríos Ortiz, saxofonista oaxaqueña que sufrió un intento de feminicidio, al ser quemada con ácido por su expareja.
En el Día Internacional de Erradicación de la Violencia Contra la Mujer, la sobreviviente de feminicidio advirtió que la violencia feminicida continúa al alza; sin embargo, reclamó que las autoridades poco están haciendo para frenar esta situación.
El 9 de septiembre, María Elena fue rociada con ácido sulfúrico por Juan Vera Hernández, hijo del empresario y exdiputado local del PRI en Oaxaca, Juan Antonio Vera Carrizal, presunto autor intelectual del ataque y quien se encuentra preso desde 2020.
Poco después, la saxofonista despertó en la cama de un hospital. En ese momento, lo único que alcanzaba a ver eran sus brazos negros, quemados por el ácido, y solo podía pensar en cómo estaría su cara.
-Doctor, ¿y mi hija cuándo va a sanar? - preguntaron sus padres al médico.
-Son lesiones que van a tardar en curarse entre 15 y 20 días – respondió el doctor; sin embargo, ella sabía que eso no sería así.
Han pasado más de tres años y las cicatrices siguen en su cuerpo, como un recordatorio de la violencia feminicida que se niega a ser erradicada de una vez por todas.
“No se necesita el 25 de cada mes para recordar que nos están matando, no necesitamos ser feministas para reconocer que nos están matando".
“Sigo atravesando un proceso de aceptación, porque yo no nací quemada ni nací deforme. En este proceso aprendí y me di cuenta de que este sistema patriarcal compuesto por el Gobierno, la Fiscalía, todos, quieren a la víctima perfecta. ¿Y cuál es esa víctima perfecta? La que no denuncia, la que llora, la que calla, la que tiene miedo”, apuntó.
Ana Valderrama, vocera de la Colectiva de sobrevivientes de feminicidio, alertó que la violencia contra la mujer y especialmente el delito de feminicidio van al alza en México.
De acuerdo con cifras reveladas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de enero a septiembre de este año 11.5 mujeres han sido asesinadas diariamente en México, cifra que activistas y organizaciones han considerado como alarmante.
La activista resaltó que Veracruz no es la excepción, pues, aunque este delito se persigue de oficio, reclamó que las sobrevivientes deben ejercer presión para que las carpetas de investigación “no se empolven” y pueda llegar la justicia.
Este panorama fue comparado por María Elena Ríos como la cacería de brujas de la Edad Media, cuando quemaban a las mujeres y las acusaban de herejía por el simple hecho de cuestionar, hacer uso de su voz y defender sus ideales.
“Cuando se comenzó a nombrar que no queríamos ser sumisas, nos nombraron brujas; cuando queríamos estudiar nos nombraron brujas; cuando nos atrevimos a cuestionar nos nombraron brujas; cuando nuestras ancestras se atrevieron a decir que no querían ser madres, las quemaron y las señalaron como brujas.
“Actualmente nos siguen quemando con ácido, con gasolina, con alcohol, las avientan a cables de alta tensión”, acusó, y se definió a sí misma como la ‘Bruja mixteca’.
En Veracruz, el caso de Yuliana es uno más de los cientos de mujeres que han logrado sobrevivir a un intento de feminicidio a manos de su pareja.
“La persona que a mí me agredió, un año antes de estar conmigo me dijo ‘yo soy viudo’”, recordó.
Lo que no sabía y ni siquiera sospechaba era que a su expareja la había asesinado de 30 puñaladas y, mucho menos, que la intención se repetiría con ella un par de años más tarde.
Actualmente su agresor está libre y, hasta hace un tiempo, sembró en ella la psicosis y el delirio de persecución, al seguirla a cada lugar e incluso espiarla por la ventana de su casa.
Las autoridades se han negado a tipificar la agresión como feminicidio en grado de tentativa y únicamente fue catalogado como hostigamiento.
“La lucha no es de mujeres contra hombres, la lucha es contra los feminicidas. Lo que exigimos es justicia… justicia para no morir, porque una sobreviviente siempre está con el riesgo de que su agresor regrese y haga algo”, señaló.
En Veracruz, aunque son varias las mujeres que han logrado salvarse, las cifras de feminicidios no son alentadoras. Y es que datos del Observatorio Universitario de Violencia contra las Mujeres de la Universidad Veracruzana (UV) destacan que, tan solo de enero a septiembre de este año, 77 mujeres han sido víctimas de este delito.
De acuerdo con Anabel Ojeda Gutiérrez, coordinadora de la Unidad de Género de la UV, esta cifra es aún mayor, pues no están contemplados los feminicidios que son tipificados erróneamente como homicidios.
Xalapa, dijo, es uno de los tres municipios del estado con el mayor número de feminicidios, donde las principales víctimas son mujeres jóvenes.
Ojeda Gutiérrez advirtió que aun con dos alertas por violencia de género y la posibilidad de que se active una tercera, en Veracruz las autoridades no han atendido esta problemática, dando pie a que persista la impunidad.
“Sería necesaria una tercera alerta si las autoridades encargadas estuvieran respondiendo a las alertas de género. Estamos a seis años de la primera y no pasa nada más que los días naranja; no hay políticas reales que estén atendiendo la problemática”, resaltó.
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