El noveno mes del año nos ofrece 30 noches llenas de objetos celestes y eventos astronómicos. Disfrutaremos de acercamientos planetarios, lluvia de meteoros y galaxias. Además, tendremos un doble reto: el asteroide Pallas y el gigante azul Neptuno estarán en oposición, es decir, vistos desde la Tierra, se encontrarán en una dirección diametralmente opuesta a la del Sol, por lo que será un buen momento para observarlos.
Asimismo, tendremos la llegada de la estación del año que ha inspirado a muchos artistas, quienes han reflejado los campos en tonos naranja y marrón. El equinoccio de otoño sucederá, este año, el 22 de septiembre a las 14:21 horas del centro de México. Esta estación tendrá una duración de 89 días, 20 horas y 38 minutos. Etimológicamente hablando, la palabra equinoccio proviene del latín aequinoctium (aequus nocte) que significa “noche igual”. El equinoccio de otoño es un hecho astronómico que ocurre anualmente y marca el final del verano y el comienzo del otoño para el hemisferio norte, y el inicio de la primavera en el hemisferio sur.
Y desde luego que no podemos dejar pasar, ni de apreciar, las fases de la Luna.
Una buena combinación
La noche del 4 de septiembre tendremos una magnifica combinación de objetos y eventos celestes. La Luna estará muy cerca de su fase nueva y ello nos permite tener noches oscuras, ideales para observar objetos de bajo brillo, como cúmulos estelares, galaxias, lluvia de meteoros y algunos planetas. En esta ocasión los gigantes del sistema solar Júpiter y Saturno estarán en la constelación de Capricornio y serán visibles la mayor parte de la noche, hacia la parte sureste de la esfera celeste; en la misma región tendremos varias lluvias de meteoros activas, como las ? Acuáridas, por lo que, con algo de suerte, podríamos ver algunos meteoros.
El acercamiento de los gigantes planetarios puede admirarse a simple vista, pero si deseas ver más allá, te recomendamos utilizar unos binoculares o un pequeño telescopio, con lo que lograrás observar y fascinarte con los satélites galileanos de Júpiter o los majestuosos anillos de Saturno.
Perseidas, la menor de las Perseidas
Aunque no son las más agraciadas, la lluvia de meteoros e Perseidas serán favorecidas por una Luna recientemente nueva. Estarán activas entre el 5 y el 21 de septiembre, con su máximo el 9 de septiembre. La tasa máxima observable será de cinco meteoros por hora. El radiante se encuentra en dirección de la constelación de Perseo, con coordenadas AR=03h10m, DEC= 40º00´. El objeto responsable de la lluvia no ha sido completamente identificado. El mejor momento para su observación será en la madrugada del 9 de septiembre, hacia la parte noreste de la esfera celeste.
Pallas, el objeto más violento de todo el sistema solar
Pallas, con 512 km de diámetro, es el tercer objeto más grande del Cinturón de Asteroides, sólo después de Ceres y Vesta. Además, contiene el 7% de la masa total de la región. Fue descubierto en 1802 por Heinrich Wilhelm Matthäus Olbers, quien le dio el estatus de planeta. Su trayectoria y órbita son raras, si se le contrasta con el resto de las rocas y planetas del sistema solar. De hecho, Pallas se desliza a menudo tanto por encima como por debajo de la eclíptica, de ahí que su superficie presente gran cantidad de cráteres de impacto, al viajar a contracorriente.
El 11 de septiembre, el asteroide 2 Pallas se encuentra alineado con la Tierra, ambos del mismo lado del Sol, lo que, astronómicamente hablando, se le conoce como oposición. Al mismo tiempo, Pallas estará en perigeo, es decir, en su mínima separación con la Tierra, ubicándose a una distancia de 2,152 U.A. En esta misma fecha, alcanzará una magnitud máxima 8,6, y estará ubicado en dirección de la constelación del Águila.
Para localizarlo en el firmamento habrá que hacer uso del instinto cazador de objetos celestes, apoyado por un mapa, unos binoculares o un pequeño telescopio, y por supuesto, favorecido con cielos despejados.
El último de los planetas: azul, oscuro, frío y tormentoso
Neptuno estará en oposición, alineado con la Tierra, ambos del mismo lado del Sol. Al mismo tiempo estará en perigeo, es decir, en la mínima separación con la Tierra, ubicándose a una distancia de 30,07 U.A. En el momento de la oposición, el 14 de septiembre, a las 04:12 hora del centro de México, alcanzará una magnitud máxima de 7,8 y será visible, en dirección de la constelación de Acuario. Para verlo necesitarás cielo oscuro, afortunadamente la Luna estará ocultándose después de la medianoche, por lo que tendremos la segunda mitad de la noche para observarlo a través de unos binoculares o un pequeño telescopio. Si corremos con suerte, quizá podamos también ver algún meteoro cayendo, ya que las i-Acuáridas del Sur y las ?-Acuáridas estarán activas.
Neptuno fue el primer planeta que se descubrió a través de la predicción matemática, realizada por Urbain Le Verrier y John Couch Adams, y fue observado por primera vez en 1846 por Johann Galle. La misión Voyager 2 es el único vehículo espacial que lo ha visitado.
La espectacular Galaxia del Triángulo
Tal vez la Galaxia del Triángulo fue observada por primera vez por Hodierna hacia 1654, aunque fue catalogada por Charles Messier, como M 33, hasta 1764 y descrita a detalle por William Herschel en 1784.
Se pueden observar unos brazos bien marcados, en los que se distinguen numerosas regiones de hidrógeno ionizado (H II), así como nubes azuladas de jóvenes estrellas, cúmulos globulares y estrellas de Población II. Aunque hasta el momento todavía no se ha podido observar ningún vestigio de supernova, los radioastrónomos sí han podido detectar varias de ellas, las cuales han sido cartografiadas con gran exactitud. La distancia a M 33 ha sido estimada en tres millones de años luz, un poco más allá que su vecina Andrómeda (M 31), y se considera que mide unos 50,000 años luz, es decir, la mitad del diámetro de la Vía Láctea. Sin embargo, las partes más externas se extienden hasta, al menos, 60,000 años luz. La masa estimada está entre 10 y 40 mil millones de masas solares y, además, M 33 se aproxima a nosotros a una velocidad de 24 km/s, según estudios recientes.
En noches excepcionalmente claras M 33 se observa a simple vista, pero el mejor instrumento para verla son unos binoculares o un telescopio pequeño. Este mes ya estará bien ubicada para su observación la mayor parte de la noche, hacia la parte noreste de la esfera celeste.
Y para finalizar el mes, ¡un Collar de Perlas!
La galaxia NGC 55 llamada también Collar de Perlas, ocasionalmente Galaxia Ballena, fue descubierta en 1826 por James Dunlop. En 1834, John Herschel confirmó la observación de Dunlop: "objeto nebuloso muy brillante, muy grande, muy extendido y de triple núcleo". La galaxia contiene varias regiones que podrían verse como objetos separados debido a la distancia relativamente pequeña a la que se encuentra. NGC 55 es una galaxia irregular similar a la Nube Mayor de Magallanes; con una magnitud de 7,9, se localiza en dirección de la constelación del Escultor. Se estima que su distancia está entre 4 y 8 millones de años luz. Para observarla sólo se requiere emplear unos binoculares o un pequeño telescopio. NGC 55 y su compañera NGC 300 están separadas sólo un millón de años luz de distancia y se cree que son un par unido gravitacionalmente. Hasta hace poco, se las consideraba miembros del Grupo de Galaxias de Escultor, pero ahora se sabe que son galaxias en primer plano y que tal vez se encuentren entre el grupo de Escultor y nuestro Grupo Local.
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