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¿Quién fue Malinalli, la famosa doña Marina?

Coatzacoalcos Ver. | 2022-05-26 |
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Malinalli había nacido hacia el año 1500, posiblemente cerca de Coatzacoalcos, antigua capital olmeca situada entonces al sureste del Imperio azteca, en la región de la actual Veracruz. Pertenecía a una familia noble –su padre era el gobernante de la ciudad de Painala– y en su infancia parecía tener por delante un futuro prometedor. Pero todo se truncó cuando murió su padre y su madre se volvió a casar con un señor local. La pareja tuvo un vástago, al que hicieron heredero de todas sus posesiones, al tiempo que decidían deshacerse de la pequeña Malinalli.

¿Quién fue Malinalli, la famosa doña Marina?

Aprovechando que una niña de la misma edad había muerto en el pueblo, la hicieron pasar por su hija y, amparados en la oscuridad de la noche, entregaron a Malinalli a unos mercaderes. Éstos la vendieron como esclava en el mercado de Xicalanco a otros comerciantes mayas, quienes, a su vez, terminaron por venderla al señor de Potonchán. Fue éste quien finalmente la entregaría a Hernán Cortés, en marzo de 1519, con otras 19 doncellas.

Al día siguiente, frente a un improvisado altar, presidido por una imagen de la Virgen y una cruz, un fraile "puso por nombre doña Marina a aquella india y señora que allí nos dieron". Oficiado el sacramento, Cortés repartió a las "primeras cristianas" entre sus capitanes. A doña Marina la entregó a un pariente lejano suyo, Alonso Hernández Portocarrero.

Desde Potonchán, Cortés se embarcó hacia San Juan de Ulúa, adonde llegó tras cinco días de navegación. Era un Viernes Santo, y mientras organizaban el campamento llegaron los embajadores de Moctezuma para averiguar qué querían aquellos viajeros. Cortés llamó a Jerónimo de Aguilar, un español que sabía maya por haber pasado varios años en el Yucatán, tras salvarse de un naufragio. Pero Aguilar no entendía el idioma de los mexicas, el náhuatl. Fue en ese momento cuando se descubrió que Marina hablaba esa lengua, que era la de sus padres, además del maya, idioma de sus amos en Potonchán.

Como resumía un cronista, Marina "sirvió de lengua [intérprete] de esta manera: Cortés hablaba a Aguilar y Aguilar a la india y la india a los indios". Este sistema de traducción fue decisivo para el avance conquistador de Cortés, no sólo porque le permitió comunicarse con los indígenas, sino también porque así conoció la situación interna de cada grupo y pudo ganarse su lealtad frente al enemigo común, Moctezuma.

INTÉRPRETE Y AMANTE

A partir de entonces la situación de Marina cambió radicalmente. En San Juan de Ulúa, al enterarse de los conocimientos de la cautiva, Cortés "le dijo que fuese fiel intérprete, que él le haría grandes mercedes y la casaría y le daría libertad". El conquistador no se quedó ahí. No sabemos si Marina, a sus 19 años, era tan "hermosa como una diosa", como afirmó más tarde un cronista, ya que los retratos de la época son simples esbozos. En todo caso, Cortés no tardó en hacerla su amante ("se echó carnalmente con Marina", dice una crónica). Quizá para facilitar las cosas, Cortés dispuso que Portocarrero, a quien había entregado a Marina, volviera a España para llevar una carta al rey.

¿Quién fue Malinalli, la famosa doña Marina?

Durante la Noche Triste (la huida in extremis de los españoles ante el acoso azteca), doña Marina iba en la retaguardia; una vez se hubo salvado, una de las primeras preocupaciones de Cortés fue conocer el estado de los intérpretes, "y holgó de que no se hubiesen perdido Jerónimo de Aguilar ni Marina". Igualmente, en la campaña final sobre Tenochtitlán, la labor de Marina resultó decisiva para recabar el apoyo masivo de los indígenas enemigos de los aztecas y, luego, para transmitir sin ambages las más duras exigencias de los españoles contra los vencidos: "Tenéis que presentar doscientas piezas de oro de este tamaño", les dijo a los habitantes de Tenochtitlán mientras dibujaba un gran círculo con sus manos.

MATRIMONIO Y LIBERTAD

Tras la conquista de la capital azteca, Cortés se instaló en Coyoacán, una localidad cercana. Marina siguió junto a él y en 1522 tuvieron un hijo al que llamaron Martín, en honor al padre del conquistador. Pero entretanto había llegado a México, desde Cuba, la esposa de Cortés, y éste decidió buscarle un nuevo acomodo a su concubina. Organizó su boda con otro conquistador, un hidalgo llamado Juan Jaramillo, que era procurador en el ayuntamiento de Ciudad de México, del que llegaría a ser alcalde dos años después.

¿Quién fue Malinalli, la famosa doña Marina?

En 1523, durante un viaje por México y Honduras para reprimir la revuelta organizada por su capitán Cristóbal de Olid, Cortés pasó por Coatzacoalcos, la localidad natal de Marina. El conquistador convocó a los caciques para explicarles, a través de Marina, a quién debían su fidelidad. Entre ellos estaban los familiares de la intérprete, su madre y su hermano, bautizados como Marta y Lázaro. Recordando que la habían vendido como esclava, "tuvieron miedo de ella, porque creyeron que los enviaba a llamar para matarlos". Sin embargo, doña Marina les consoló, les perdonó y "les dio muchas joyas de oro y ropa".

CAMINOS SEPARADOS

Al término de la expedición hondureña, los caminos del conquistador y de la joven intérprete se separaron. Durante el regreso a México, Marina dio a luz a una niña a la que llamaron María. Se instaló junto a su esposo en Ciudad de México, pero no pudo conservar a su hijo Martín, que quedó al cuidado de Juan Altamirano, primo de Cortés. Desde este momento prácticamente se pierde su pista.

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