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Pese a ser prematuro, Max le gana la batalla al COVID-19 en Orizaba

Orizaba | 2020-08-27 |
Pese a ser prematuro, Max le gana la batalla al COVID-19 en Orizaba
Pese a su estado, los médicos lograron curar a Max tras haber contraído COVID-19. // Guillermo Carreón
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A casi tres meses de haber estar internado por ser prematuro y haber enfermado de COVID-19, el pequeño Maximiliano fue dado de alta del Hospital General Regional de Orizaba (HGRO).

Alma García López, neonatóloga del nosocomio y quien fue una de las especialistas que atendió al pequeño desde su nacimiento el pasado 18 de mayo, explicó que la condición de Max fue difícil porque nació a las 32 semanas de gestación, pesando solamente un kilo con 600 gramos y con dificultad respiratoria, por lo que se dio apoyo mecánico.

Sin embargo, abundó, su situación se complicó porque uno de sus padres dio positivo a COVID-19, y al practicarle la prueba al infante como lo establece el protocolo institucional se confirmó que también tenía la enfermedad.

“Sin embargo el equipo conformado por 10 especialistas, enfermeras y en general, la jefatura de Departamento Clínico, redoblaron esfuerzos para contribuir a su recuperación”, mencionó.

La neonatóloga indicó que el bebé recibió sus esquemas de medicamento, antibiótico y permaneció en aislamiento, por lo que para valorarlo se requería que el equipo destinado a su atención usara todo el equipo de protección personal como traje, careta y gafas, además se tomaron todas las medidas de protección y aislamiento.

Sus padres, Miriam Sánchez López y Oscar Alor Ramos, originarios de Cosamalopan, reconocieron que fue una experiencia difícil para ellos el pasar por esta situación.

La señora Miriam explicó que su embarazo fue complicado porque presentó incompetencia ístmico cervical, lo que se tuvo que estar en control médico y vigilancia en Cosamaloapan en donde le hicieron una sutura cervical para disminuir el riesgo de aborto, pero en la semana 32 inició el trabajo de parto, por lo que la trasladaron de inmediato a Orizaba.

Por su parte, el padre de Max indicó que visitarlo en el área de neonatos y verlo canalizado, con respiración asistida y todo lo que pasó fue muy difícil, pero junto con su esposa mantenían la fe en sus médicos y en que saldría adelante.

Por fortuna Maximiliano superó el covid y las condiciones propias de su nacimiento; ya le fue retirado el apoyo respiratorio, comenzó a comer del seno materno y alcanzó un peso de dos kilos 300 gramos, por lo que por fin fue dado de alta.

“La lucha de Max por sobrevivir fue inspiradora para hacer nuestro trabajo de la mejor manera”, expresó la neonatóloga de este caso que tuvo un final feliz.

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