El investigador de la Universidad Veracruzana (UV), Mauricio Fidel Mendoza González, advirtió que de obligarse a la sociedad a aplicarse la vacuna contra la COVID-19, se sentaría un precedente negativo que transgreda libertades y derechos obtenidos.
Al calificar como “un tremendo dilema” la posibilidad de que los Estados obliguen a los ciudadanos a inocularse en aras de la salud pública, dijo que, si esto llegase a acordarse por la fuerza coercitiva, la sociedad estaría en una “desventaja dictatorial” en un futuro no lejano.
Mendoza González participó en el foro “Implicancias de la obligatoriedad de la vacuna contra el COVID-19”, donde señaló que si bien desde el punto de vista médico lo adecuado sería que toda la población se vacunara para detener los contagios del virus causante de la pandemia que vive el mundo entero, no es el único parámetro que debe tomarse en cuenta.
El académico del Instituto de Salud Pública (ISP) de la UV dijo que también es cierto que deben tomarse en cuenta las implicaciones éticas, bioéticas, morales y la evidencia científica que existe en torno a este tema.
El experto en epidemiología aplicada sostuvo que obligar a la población en su totalidad a vacunarse, más allá de la visión médica, es un retroceso en materia de derechos.
“El aprecio particular aduce a un deber, tenemos que abrir las puertas a lo moral, es lo más deseable en este momento, pero también necesitamos empezar a centrarnos en lo ético, en lo bioético, es sumamente indispensable.
“Es un tremendo dilema, el problema es que obligar a la población implica centrar y abrir un precedente que de una manera u otra nos puede poner en indefensión social para los próximos momentos porque con cierta facilidad el Estado va a poder tener todos los argumentos suficientes para no mediarlo.
Sostuvo que hacer de esta estrategia de vacunación una obligatoriedad, donde podría haber intereses sociales y económicos fuertes, se deben repensar algunos supuestos conocimientos que el ser humano pretendía que sabía de la naturaleza, pues el hombre fue insuficiente para responder a estas circunstancias.
“La pandemia nos ha enseñado que sabemos más, pero cada día eso que más sabemos es insuficiente para responder a esto; esto nos pone en una situación de alta vulnerabilidad y de alta fragilidad respecto a problemas como este”, sentenció.
Agregó que en esta estrategia no se deben tomar decisiones a la ligera, independientemente de las necesidades que de alguna manera buscan reactivar y retomar “nuestra normalidad perdida”.
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