Nanchital trata de cumplir con Sedema para mantener tiradero

Autoridades del municipio de Nanchital ha cumplido con el sesenta por ciento de los requerimientos que efectuó la Secretaría de Medio Ambiente (SEDEMA), con el fin de preservar el tiradero al aire libre que ha servido a los Nanchitecos durante cuarenta años.

En Nanchital las autoridades municipales buscan mantener el espacio donde depositan los desechos de la ciudadanía desde hace varias décadas, a partir del momento que recibieron la notificación los ediles dieron prioridad y cumplimiento a la lista de requerimientos de la SEDEMA la cual se las hizo llegar a través de un oficio emitido con fecha del 2019 y que hace unas semanas les fue entregado en julio del 2020.

En el 2018 fue clausurado el basurero municipal, como es el plan de contingencia en caso de incendio, un tanque de almacenamiento de agua, pipas, además solicita la disposición de saneamiento de área a través de compactación de arena, vigilancia, control de la gente que tiraba basura en el camino, la construcción de respiraderos,

“Algunas de las 25 recomendaciones que realiza la Secretaria de Medio Ambiente se pueden resolver de manera inmediata, entre ellas está mantener el saneamiento del terreno, instalar respiraderos, cerrar el acceso, la vigilancia  permanente para que no ingresen unidades particulares o de otro municipio, entre otras observaciones se han atendido el sesenta por ciento de estas”, comentó Gaspar Espinoza Ramos, secretario municipal del ayuntamiento de Nanchital.

Agregando el entrevistado, la cultura de la separación correcta de la basura se debe de realizar en casa, para reciclar y reutilizar, mientras tanto  el gobierno municipal está buscando la manera de como trasladar los desechos orgánicos e inorgánicos separados, por ello se lanzara una campaña para la separación de los residuos.

Por otra parte, considerando las disposiciones que la SEDEMA hizo llegar a los ediles del municipio de Nanchital, se esfuerzan para cumplir con las indicaciones con el fin de mantener la autorización del tiradero que ha servido durante cuarenta años a los Nanchitecos y que hasta el momento se encuentra en la etapa de mejoramiento.