En total impunidad, un grupo de motociclistas encapuchados se movilizan en la ciudad sin que la población sepa si se trata de policías estatales, municipales, viales o delincuentes.
Los encapuchados que viajan en motocicletas sin placas, insignias o identificación alguna para que la gente sepa de quien se trata, por lo que en lugar de proporcionar tranquilidad o seguridad, infunden temor al encontrarse armados.
Si el dopárselos en el día dan temor, ahora imagínese encontrárselos por las noches o que alguno de ellos intente marcarles el alto, en caso de ser representantes de la ley, se vuelven una verdadera pesadilla, sobre todo al poniente de la ciudad, sobre el Malecón Costero o rumbo a Ciudad Olmeca.
Eso es lo que viven casi a diario los vecinos de esos sectores, al igual que en el centro de al ciudad, donde se puede uno topar con estos encapuchados que tienen pinta de delincuentes.
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