El pequeño Jacobo, el niño de siete años originario de San Antonio, una comunidad perteneciente al municipio de San Pedro Soteapan Veracruz, aún se debate entre la vida y la muerte en el Hospital Regional “Valentín Gómez Farías” de Coatzacoalcos tras ingerir un pan que contenía veneno para ratas.
A 48 horas de lo ocurrido, los médicos hacen lo humanamente posible para regresarlo a los brazos de su madre, la señora Hermila Gutiérrez, una mujer indígena popoluca que apenas logra comunicarse con la sociedad a través del español, con el alma hecha pedazos tras haber perdido a su hija Adriana de 5 años quien también probó del pan envenenado.
“Ya no tengo fuerzas, apenas si pude ver a mi hijo en la mañana, los médicos me dicen que se está recuperando, yo tengo la fe y la esperanza que así será, en la noche su piel se encontraba fría, pero hoy que lo abrasé ya sentí su cuerpo calientito”, declaró la señora Hermila con la voz cansada y los ojos marchitos de tantas lagrimas derramadas.
Con el corazón destrozado, Hermila Gutiérrez no pudo acudir al entierro de su hija en la comunidad de San Antonio, pues durante los dos últimos días se la ha pasado aferrada a la puerta del hospital regional, esperando escuchar que los médicos le digan que el pequeño Jacobo está fuera de peligro.
Sentada sobre la banqueta, con los pies descalzos y un vestido de licra color naranja, recibe palabras de aliento de las personas que se acercan para extenderle la mano en este momento tan complicado de su vida.
“Tengo la esperanza y la confianza que mi hijo se va a sanar”, son las palabras que repite implorando a dios que el pequeño Jacobo salga del hospital y poderlo cargar en el regazo de sus brazos.
NO ERA LA PRIMERA VEZ QUE ARROJABAN PAN ENVENENADO
Esta no era la primera vez que trataban de matar a sus mascotas arrojándoles pan envenenado, pues hace tres meses se percató que alguien ya les había puesto este alimento, sin embargo en esta ocasión fueron sus hijos quienes cayeron en la trampa.
Los pequeños Jacobo y Adriana jugaban en el patio de su casa cuando ambos ingirieron este producto mortal, que le causó la muerte a la niña, mientras que el varón aún se encuentra hospitalizado luchando por su vida.
LO TRASLADAN A HOSPITAL DE ALTA ESPECIALIDAD
(Información de Sofía Moreno)
La tarde de este viernes fue trasladado de Coatzacoalcos al hospital de alta especialidades en Veracruz, el pequeño Jacobo de 7 años, debido al delicado estado de salud en el que se encuentra luego de comer pan con veneno.
Cerca de las 19:30 horas se realizó el traslado del menor mediante una ambulancia del hospital Valentín Gómez Farías en Coatzacoalcos al aeropuerto de Minatitlán donde una ambulancia aérea operada por personal de aeronáutica civil, lo llevaría a Veracruz.
El pequeño Jacobo, llevaba asistencia médica a cargo del personal del Centro Regulador de Urgencias Médicas (Crum), de la Secretaría de Salud.
Por su parte la Policía Ministerial de la Fiscalía General del Estado (FGE), ya realizan las investigaciones correspondientes sobre este terrible caso donde los dos hermanitos Adriana y Jacobo, ingirieron pan con veneno en una comunidad incrustada del municipio de San Pedro Soteapan.
Se espera que los familiares realicen la declaración de estos hechos donde Adrianita de cinco años, murió y su hermanito Jacobo de siete años es reportado como grave ante la autoridad ministerial.
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