El pequeño Jacobo de siete años, fue dado de alta después de permanecer una semana internado luchando por vivir tras comer un pan con veneno en la localidad de San Antonio en el municipio de San Pedro Soteapan.
Fue cerca de las 10:30 horas que llegó al aeropuerto de Canticas procedente de Veracruz, junto a su madre donde los esperaba una ambulancia para trasladarlos al municipio incrustado en la zona serrana.
Cómo se informó el jueves 24 de junio, él (Jacobo) y su hermana Adriana, ingirieron un pan con veneno que le quitó la vida a la niña quien falleció antes de llegar al hospital de Tonalapan en Huazuntlán.
Mientras que Jacobo, fue canalizado al hospital Valentín Gómez Farías y posteriormente el viernes 25 de junio al hospital de Alta Especialidad en el puerto de Veracruz.
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