Al salir del estadio de beisbol del barrio La Arrocera de Acayucan, un comando armado disparó contra la camioneta Chevrolet tornado que conducía Cirilo Vázquez Lagunes.
Las balas alcanzaron al legendario ganadero, el padre de la entonces alcaldesa Deysi Magaly Candelario Valencia y tres elementos de la Policía de San Juan Evangelista.
Era el domingo 19 de noviembre de 2006, Cirilo Vazquez Lagunes se dirigía a su domicilio en rancho El Mangal tras un partido de los Tobis, su equipo de beisbol.
Nada se supo de los responsables del magnicidio. Hubieron dos detenidos pero fueron liberados por violaciones al proceso y falta de pruebas para ser sentenciados.
Este viernes se cumplieron 15 años de su asesinato, sin ceremonias ni eventos luctuosos en la estatua que le erigieron en El Mangal; tampoco en la calle Rivapalacio casi esquina con Melchor Ocampo en Acayuacan, sitio donde cayó muerto.
El crimen fue atribuido al Gobierno del Estado por la voz popular del sur de Veracruz, rumores que sólo sirvieron para engrandecer su leyenda.
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