De acuerdo con el trabajo de un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia y de la Escuela de Antropología de la Universidad de Arizona, descubrieron nuevos hallazgos arqueológicos en los estados de Veracruz y Tabasco, que podrían transformar las nociones acerca de los orígenes de las civilizaciones mesoamericanas, en particular de la relación entre las culturas olmeca y maya.
Dichos hallazgos lograron detectarse gracias a la tecnología de mapeo láser aerotransportado o LiDAR (por sus siglas en inglés) en la región de San Lorenzo, en el municipio de Texistepec, así como en la zona de Los Tuxtlas, en el Estado de Veracruz, y en Aguada Fénix en Tabasco.
El estudio que da lugar a la publicación científica empleó datos generados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), a fin de cubrir un área de 85 mil kilómetros cuadrados, lo cual representa el estudio arqueológico mediante LiDAR más extenso realizado en la región cultural de Mesoamérica.
A partir de ello, se localizaron en total 478 centros ceremoniales, la mayoría fechados hacia los años 1100 y 400 a.C., siendo esta temporalidad anterior al apogeo de la civilización maya en el periodo Clásico (250 - 950 d.C.).
El equipo de investigadores, conformado también por los especialistas Lourdes Hernández Jiménez, del Centro INAH Veracruz; Javier Durón Díaz, del INEGI, y Miguel García Mollinedo y Melina García Hernández, adscritos a la UNAM, entre otros, ha encontrado que muchos de los sitios hallados comparten patrones altamente estandarizados, incluyendo plazas rectangulares delimitadas por líneas de montículos bajos.
De acuerdo con los investigadores, estos formatos estandarizados de arquitectura tendrían un prototipo en el enclave olmeca de San Lorenzo, cuyo apogeo se dio entre los años 1400 a 1000 a.C., toda vez que los análisis LiDAR practicados en este sitio arqueológico –los cuales permiten mapear formas tridimensionales del suelo y de los sitios penetrando en la vegetación que los cubre– revelaron una forma rectangular que no había sido reconocida previamente.
Si bien, agrega el estudio, es sabido que San Lorenzo tuvo una organización jerárquica, como lo demuestran las esculturas de cabezas colosales que, posiblemente, representan gobernantes, los constructores de los sitios estandarizados probablemente no tenían una marcada desigualdad social y tuvieron un cierto nivel de movilidad.
En conclusión, el reporte señala que el patrón de grandes construcciones realizado por dichos grupos no jerárquicos, obligará a los investigadores a repensar cómo se desarrollaron las primeras civilizaciones.
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